Ya ha de funcionar tu comedia para que nada más y menos que David Mamet diga que es un ejemplo de película perfecta: una de esas pelis que se plantean algo y lo explotan con total redondez.

Y la verdad - con la perspectiva del tiempo, queda claro que el largo es brillante: FX dignos de un equivalente serio trekiano (una Weaver mujer-objeto, un shatneriano Allen, un absurdo Shaloub, un Rockwell aterrado por su condición de red shirt o unos termianos que son de traca o un Rickman atinadísimo), a la cifi se le saca juego (ah... ese Omega 13) y -- hay drama real.

Ahí está la genialidad del film. Entre tanta chanza y chufla, hay un par de momentos que en verdad duelen y le dan un necesario gravitas a lo que podría ser una simple cuchufleta cercana a un Three Amigos galáctico.

Y no me olvido de la inclusión del fandom en la resolución de la trama. Inspirado.

Así que -- ¿por qué este largo no arrasó? Puede que porque se adelantó a su época.

Pero bueno. El tiempo lo ha tratado bien.

Y Rickman... se te echa de menos. No te olvidamos.