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España España · Logroño
Voto de Pablo Veiga:
6
Comedia Dos hermanos muy distintos entre ellos, Carlos y Paco (Carlos Areces y Jordi Sánchez), acaban unidos por la ambición de heredar un edificio propiedad de su madre, ya anciana. En ese lugar ambos tienen puestas todas sus esperanzas para mejorar su precaria situación económica.
27 de octubre de 2023
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos presenta a dos hermanos, Carlos y Paco, interpretados por Carlos Areces y Jordi Sánchez, respectivamente, que son polos opuestos en personalidad pero comparten la misma ambición: heredar un valioso edificio propiedad de su anciana madre. Este edificio se convierte en su última esperanza para escapar de sus precarias situaciones económicas.

La dirección de Sánchez y Gomez es bastante estándar para el género de comedia negra. No innova en términos visuales, pero cumple con su objetivo de mantener a la audiencia entretenida.

Lo que realmente resalta en esta película es el reparto en su conjunto. Carlos Areces y Jordi Sánchez aportan matices interesantes a sus personajes y su química en pantalla es palpable. Su interpretación de hermanos atrapados en una espiral de codicia es uno de los puntos fuertes de la película.

"Alimañas" a veces recuerda a "La Comunidad", una película española icónica que exploró temas similares. Ambas películas presentan un grupo de personajes en un espacio cerrado, luchando por intereses egoístas. Sin embargo, mientras "La Comunidad" tenía una sensación de claustrofobia, "Alimañas" se siente más desquiciada y absurda.

El guion es una parte potente de la película, con diálogos ingeniosos y situaciones cada vez más absurdas que impulsan la trama. La comedia negra y la crítica social se entrelazan hábilmente, pero lamentablemente, la película se siente un poco ligera. El enfoque en la comedia podría haber sido equilibrado con una exploración más profunda de los personajes y sus motivaciones.

La cinematografía aporta dinamismo a la película. Hay momentos visuales que refuerzan la sensación de desorden y caos. Las escenas en el edificio en disputa son particularmente efectivas y mantienen la atención del espectador.

Es una comedia negra que toca temas de codicia y ambición con una dosis de humor absurdo. Aunque podría haber profundizado más en su crítica social y desarrollo de personajes, la película entretiene y hace reír al público.
Pablo Veiga
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