Lo peor que me he tirado a la cara. Lo siento, supongo que mi nivel de intelectualidad roza el encefalograma plano. Para mí el cine es una diversión (La Guerra de las Galaxias), una forma de crítica (Hotel Rwanda), hasta una forma de enseñar (El club de los poetas muertos). Cuando quiero algo más profundo, leo. Si quiero ver un documental, lo busco y lo veo. Si quiero la opinión de un experto, leo un ensayo. En este caso la película ya apunta maneras desde el inicio y mis peores sospechas se van confirmando con el paso de los minutos hasta que después de media hora (Imás o menos) la sala estalla en carcajadas en plan "nos han tomado el pelo". Es lenta, exige concentración para seguirla, pero a oscuras, con un requiem por banda sonora y después de un día agotador (fuimos a la última sesión), dormité un rato hasta que oí un grito en la pantalla. Lo peor con diferencia que he visto en mi vida. Eso sí, mejor calidad que las pelis de sobremesa del fin de semana.