Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Ciencia ficción. Aventuras Inglaterra, 1899. Un científico construye un vehículo que le permite viajar a través del tiempo. Con él emprende un alucinante viaje a través de los siglos y es testigo, entre otros acontecimientos, de la Segunda Guerra Mundial y de un holocausto atómico en 1966, del que sale ileso. Su último destino es un paradisíaco lugar del futuro, cuyas gentes viven en el año 802.701, donde le tocará vivir una increíble aventura. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El tiempo en sus manos” (1960), creo que es la mejor versión cinematográfica, no ya de la fantástica novela “La máquina del tiempo” (de ésta lo es sin duda), sino de toda la obra de H.G Wells que fue llevada al cine, excluyendo “Metrópolis” (si en cierto modo consideramos que ésta se basa en “La vida futura”). Es cierto que, “The Time Machine” de George Pal, está concebida como mero producto comercial, que no se adentra –sólo lo hace muy de pasada– en la filosofía que desprende el relato de Wells, pero es sumamente entretenida y desarrolla sus efectos especiales con gran acierto, si tenemos en cuenta la época. Pero su mayor virtud es que sabe cómo atraer al espectador, primordialmente en su primera parte, diluyéndose un poco quizá en la parte final de las aventuras que corre nuestro protagonista en el año –802.701–.

Personalmente me agrada profundamente su fotografía, en “in futuristic MULTICOLOR”, quizá porque mi retina se enamoró de “El séptimo arte” entre grandes pantallas a cinemascope y a todo tecnicolor. Adoro sus tonos cálidos, su cálida luz, su fascinante luminosidad. En un tiempo, el actual, en el que el cine –salvo raras excepciones– se dibuja en tonos tan oscuros, cada vez disfruto más del tecnicolor, el cual sólo procuro dejar; cuando necesito zambullirme en la profundidad de mi amado, banco y negro.

Pero volviendo a la cinta –que a veces me pierdo en nostalgias de viejo–, otros de sus alicientes son, la madura actuación de Rod Taylor, las entrañables de Alan Young y Doris Lloyd, y como vasallo que soy, de mi adscripción al género masculino, jamás podré olvidar los hermosos ojos de la fascinante Weena (Yvette Mimieux).

Por ponerle algún defecto, como a hija de su tiempo, se le notan demasiado los decorados de cartón piedra y las cremalleras en los disfraces de los monstruos. Aunque en realidad, esto, hasta me resulta encantador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Plácido Eldel Motocarro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow