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España España · Barcelona
Voto de Risard:
8
Fantástico. Romance. Drama Érase una vez un mercader arruinado que vivía con su hijo Ludovic y sus tres hijas. Dos de ellas, Felicie y Adelaide, son seres egoístas que explotan a su hermana pequeña Bella. Un día, el padre se pierde en el bosque y llega hasta un castillo. Allí encuentra una preciosa rosa y decide cogerla para Bella, entonces aparece el señor del castillo que le impondrá un duro castigo por su osadía. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es un espejo donde el otro no existe, es ese reflejo de una parte de ti de la que has de aprender. Eso le sucede al joven y caprichoso príncipe de un castillo encantado por una bruja, un joven que no deja de mirarse vanidosamente y poder descubrir su belleza interna.

El amor, aquello que hace que un hombre feo se vuelva guapo. Aquel amor que tal vez una madre no supo dar, urge menester de un niño que ahora castigado por su monstruosidad ha de encontrarlo con ésta exteriorizada y maldita en su rostro y cuerpo. Un amor que depende de su interior para transformarse. Bien podría ser Bella un simple reflejo de su propia belleza castigada para poder aprender dónde colocar ese lado de él que se niega a ver. Nos educan en la monstruosidad, el adoctrinamiento, sobre todo a los príncipes que futuros reyes se aferrarán a la falsa idea de ser superiores, y no hay nada más feo que la prepotencia. El espejo que recibe de regalo no es más que la lección de aprender a amar su oscuridad mirándose para no olvidar en lo que se ha transformado, y al mismo tiempo pueda ver el mundo que su fealdad no le deja vivir, ese mundo que se pierde por no amar su otro rostro. La figura de la hechicera, es la simbología de la mujer sabia, la mujer que sana a través de sus dones, y aunque ello parezca castigo, no es más que la oportunidad para dejar salir el príncipe benevolente que en su esencia esconde. Todos tenemos una bestia dentro, una bestia fea y sucia a la que no nos gusta mirar, una bestia temerosa de sí misma, y del mundo, pero hay que sacarla a ese mundo y enseñársela, sin miedo, abrazándola, para así metamorfosearnos, De un mundo lleno de prejuicios en contra de nuestra totalidad, nuestra luz y nuestra oscuridad, un mundo que sólo acepta el lado bien de la gente, lo políticamente correcto.

Si el papel de Bella en todo este cuento fuera sólo la consciencia de Bestia para hacerle ver, que también es un ser con capacidad de amar, de cuidar y proteger, es probable que si decidimos darle la vuelta a la tortilla, podamos ver exactamente la misma historia, pero inversamente. La historia de Bella y Bestia no es más que un ambigrama. Bella no es capaz de amar a un monstruo, su monstruo y cuando consigue amar ese lado oscuro suyo es cuando se transforma y se sana de la malición, de hecho, me parece mucho más interesante desde la perspectiva analítica de Bella. Amarse a uno mismo (y en consecuencia amar a alguien como efecto colateral) no es más que el resultado del éxito y el triunfo en una vida colmada de abundancia en todos los aspectos.

Para más críticas en instagram: @risard_egoteabsorbo
Risard
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