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España España · Badajoz
Voto de Shikigami:
5
Drama Considerada una de las primeras películas japonesas narrativas, se basa en la representación de una pieza teatral. (FILMAFFINITY)
28 de marzo de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mujer con apariencia de geisha baila con un abanico. Al fondo, un otoñal paisaje japonés. La mujer es un hombre travestido. No se permiten mujeres en la escenificación del kabuki. En cambio, hace siglos sólo se permitían mujeres. Los dos actores que interpretaban la obra Momijigari en los escenarios, Ichikawa Danjūrō IX y Onoe Kikugorō V, la vuelven a interpretar en 1899 con la misma maestría en la película, que no es más que una filmación del kabuki.
La acción transcurre en el siglo XII. La princesa Sarashina quiere seducir al comandante Taira no Koremori. Después ocurrirán cosas terribles.
Como la película es muda, no se pueden apreciar los timbres característicos de las cuerdas del shamisen ni los ritmos del nagauta. Como es en blanco y negro, no podemos apreciar el colorido y la expresividad de las vestimentas y maquillajes, ni los ocres, rojizos y dorados de la escenografía.
¿Entonces? Todo fue un experimento, una prolongación de la fama de los actores, que despertaban auténticas pasiones. La cuestión era capturar la magia y la espectacularidad del teatro japonés. Cuestión difícil. Porque cine es cine y kabuki es kabuki. Es ficción lo que se representa, y realidad lo que se filma. Porque lo que vemos es una representación real de un kabuki. Ni los actores quisieron que se exhibiera la película mientras ellos vivían. Finalmente Danjūrō accedió, cuatro años después, ya que él estaba enfermo y no podía actuar, y Kikugorō había fallecido.
Aunque es un kabuki “descafeinado” por las razones mencionadas, nos abre una puerta, nos consigue transportar, nos desenreda la imaginación: podemos también nosotros blandir una catana Kogarasumaru, de mágicos poderes.
Se queda la filmación incompleta, no ya por las carencias técnicas, sino por lo que se ha perdido, que deshilvana el argumento. Y por lo mal conservado de lo que pervive.
Es la primera película japonesa que se conserva. Parece que hay otra, rodada muy poco antes, que se perdió. Qué mejor que un documento sobre el ancestral arte escénico japonés para iniciar la maravillosa carrera del cine en aquél país.
Así y todo, cuando los arces y los ginkgos se mezan con el aire de las primeras brisas de septiembre, y Kioto y todo Japón se tiña con el momiji —las hojas que se doran en las ramas—, podremos acordarnos del rodaje de la primera película japonesa, en la que curiosamente un fuerte viento otoñal se levantó durante la obra, representada al aire libre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Shikigami
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