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Acción. Aventuras. Ciencia ficción. Thriller
En el calendario de los mayas aparece señalado el año 2012 como la fecha en la que se producirá el fin del mundo, que irá acompañado de diversas catástrofes naturales: erupciones volcánicas, tifones, glaciares que inundarán el planeta. Cuando el escritor Jackson Curtis (John Cusack) y sus hijos regresan a casa, una intensa actividad sísmica recorre la Costa Oeste de los Estados Unidos.
23 de noviembre de 2009
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roland Emmerich es quizás el director más incomprendido del mainstream hollywoodiense. Y es un genio. Y, además, tengo serias sospechas de que se trata de una especie de troskista infiltrado en lo más alto del establishment mediático. Sí, Roland es el antisistema definitivo, capaz de tener acceso a 200 millones de dólares para ponerlos al servicio de su actividad “agit-prop” y al mismo tiempo recuperar la inversión.
En el “El día de mañana” ya se acumularon muchos indicios en este sentido, pero con 2012 se ha sobrado hasta cotas nunca antes alcanzadas. Las razones las pondré en el spoiler para no destripar el guión (¿guión?) a quien haya llegado hasta aquí sin haber ilustrado sus ojos con esta magna obra.
Las críticas a esta película, y por extensión a toda la producción de Roland, suelen ir en este sentido: las malas críticas se limitan a enterrarlo en mierda, y las buenas simplemente consideran que los efectos especiales están bien y que eso es lo único que esperábamos encontrar, con lo cual la peli cumple. Pues no, Roland es ante todo un maestro del humor y de la subversión en gran formato, y esto es lo primero que hay que tener en cuenta.
Y antes de pasar al spoiler, os dejo unas perlas de su sabiduría, extraídas de una entrevista suya publicada hace poco en El País:
“(Preguntado por la eficacia de usar un Predictor con Godzilla) Nos pareció que era tan absurdo que lo teníamos que poner. El humor es muy importante en mis películas. En 2012 teníamos claro que íbamos a rodar el fin del mundo, pero uno divertido. El fin del mundo tiene que ser entretenido. …2012 está tan fuera de lo real que te tienes que reír de ella.”
“Yo empecé con películas de serie B y nunca tuve el pedigrí de director interesante. Y me resulta un poco extraño, porque creo que mis películas tienen algo especial. Muchos han tratado de copiar Independence day y les salió mal.”
“-¿Tú qué harías ante el Apocalipsis?
-Montar un fiestón.”
“No me levanto cada día preguntándome: ¿Qué voy a destruir hoy? Es un concepto muy nietzschiano y que ahora tiene muchos imitadores. Pero (…) me enorgullece encontrar siempre nuevas formas de mostrar la destrucción.”
En el “El día de mañana” ya se acumularon muchos indicios en este sentido, pero con 2012 se ha sobrado hasta cotas nunca antes alcanzadas. Las razones las pondré en el spoiler para no destripar el guión (¿guión?) a quien haya llegado hasta aquí sin haber ilustrado sus ojos con esta magna obra.
Las críticas a esta película, y por extensión a toda la producción de Roland, suelen ir en este sentido: las malas críticas se limitan a enterrarlo en mierda, y las buenas simplemente consideran que los efectos especiales están bien y que eso es lo único que esperábamos encontrar, con lo cual la peli cumple. Pues no, Roland es ante todo un maestro del humor y de la subversión en gran formato, y esto es lo primero que hay que tener en cuenta.
Y antes de pasar al spoiler, os dejo unas perlas de su sabiduría, extraídas de una entrevista suya publicada hace poco en El País:
“(Preguntado por la eficacia de usar un Predictor con Godzilla) Nos pareció que era tan absurdo que lo teníamos que poner. El humor es muy importante en mis películas. En 2012 teníamos claro que íbamos a rodar el fin del mundo, pero uno divertido. El fin del mundo tiene que ser entretenido. …2012 está tan fuera de lo real que te tienes que reír de ella.”
“Yo empecé con películas de serie B y nunca tuve el pedigrí de director interesante. Y me resulta un poco extraño, porque creo que mis películas tienen algo especial. Muchos han tratado de copiar Independence day y les salió mal.”
“-¿Tú qué harías ante el Apocalipsis?
-Montar un fiestón.”
“No me levanto cada día preguntándome: ¿Qué voy a destruir hoy? Es un concepto muy nietzschiano y que ahora tiene muchos imitadores. Pero (…) me enorgullece encontrar siempre nuevas formas de mostrar la destrucción.”
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Roland Vs Dios
En 2012 hay dos tipos de personas: las que rezan y mueren, o las que prefieren intentar salvarse (no tienen garantizado sobrevivir, pero puede ocurrir). Roland se lo pasa pipa riéndose de la fe: la cosa promete cuando vemos el Cristo Redentor de Río desmoronándose, pero lo del Vaticano ya es la gran traca. La grieta entre la mano de Dios y la del hombre es toda una declaración. La basílica de San Pedro se viene abajo con Papa incluido, con la cúpula de Miguel Ángel haciendo el rodillo sobre las masas de purpurados y enmantilladas devotas, con el primer ministro italiano a la cabeza. Un pequeño gran puntazo que dice mucho de Roland es que nuestro amigo muestra en pantalla la basílica original de cruz griega proyectada por Miguel Ángel, y no la ampliada por Maderna (de cruz latina) que existe en realidad. Claro, Roland no hace esto por justicia artística, sino para que la cúpula pueda caer directamente sobre la plaza. Qué grande eres Roland. Lo mismo con los lamas. El Lama le suelta una profundísima chorrada zen al chaval y este se le queda mirando con cara de tonto. Tras esto el Lama le da las llaves de la camioneta y le dice que se pire a salvarse. Otro gran rolandismo.
Roland Vs USA
Tal vez la mejor escena de la película, la única que consiguió, sin perder el tono de humor “camp” rolandiano, que se me pusieran (un poquito) los pelos de punta: Woody Harrelson riéndose, saludando exaltado el comienzo del fin del mundo y mandando a Estados Unidos a tomar por culo ante la colosal explosión del parque Yellowstone. De nuevo, toda una declaración de principios.
En “El día de mañana”, Roland ya nos mostró a desesperados estadounidenses intentando cruzar como fuese la frontera con México. En 2012 Roland le da una vuelta de tuerca a la idea y salva al continente africano de la destrucción (debido a la acción de las placas tectónicas en lugar de hundirse asciende), mientras que la destrucción se ceba especialmente con Estados Unidos, que es sacudido por grandes terremotos, cruzado por fallas gigantescas, medio país explota, el otro medio es sepultado por la ceniza, y luego es engullido por el océano atlántico en forma de tsunami bíblico. Por si alguien pensaba que algún cacho de USA iba a quedar intacto, Roland piensa en todo y nos muestra Honolulu convertida en un mar de lava. El simbolismo aún va más allá: la polaridad del planeta se invierte, y África no sólo sobrevive, sino que pasa a ser el norte del planeta, mientras que el polo sur se sitúa en… ¡Wisconsin! Para mi esto es más subversivo y políticamente incorrecto que toda la filmografía de Michael Moore en fila india. Y te ríes incluso más.
Es conocida la afición de Roland a matar presidentes, vicepresidentes y, especialmente, primeras damas, y 2012 no podía ser menos. Pero el puntazo del portaviones J.F. Kennedy llevándose por delante al presidente negro y a la Casa Blanca ha superado cualquier cota de incorrección política. ¡Y luego dicen que sólo es cine palomitero!
En 2012 hay dos tipos de personas: las que rezan y mueren, o las que prefieren intentar salvarse (no tienen garantizado sobrevivir, pero puede ocurrir). Roland se lo pasa pipa riéndose de la fe: la cosa promete cuando vemos el Cristo Redentor de Río desmoronándose, pero lo del Vaticano ya es la gran traca. La grieta entre la mano de Dios y la del hombre es toda una declaración. La basílica de San Pedro se viene abajo con Papa incluido, con la cúpula de Miguel Ángel haciendo el rodillo sobre las masas de purpurados y enmantilladas devotas, con el primer ministro italiano a la cabeza. Un pequeño gran puntazo que dice mucho de Roland es que nuestro amigo muestra en pantalla la basílica original de cruz griega proyectada por Miguel Ángel, y no la ampliada por Maderna (de cruz latina) que existe en realidad. Claro, Roland no hace esto por justicia artística, sino para que la cúpula pueda caer directamente sobre la plaza. Qué grande eres Roland. Lo mismo con los lamas. El Lama le suelta una profundísima chorrada zen al chaval y este se le queda mirando con cara de tonto. Tras esto el Lama le da las llaves de la camioneta y le dice que se pire a salvarse. Otro gran rolandismo.
Roland Vs USA
Tal vez la mejor escena de la película, la única que consiguió, sin perder el tono de humor “camp” rolandiano, que se me pusieran (un poquito) los pelos de punta: Woody Harrelson riéndose, saludando exaltado el comienzo del fin del mundo y mandando a Estados Unidos a tomar por culo ante la colosal explosión del parque Yellowstone. De nuevo, toda una declaración de principios.
En “El día de mañana”, Roland ya nos mostró a desesperados estadounidenses intentando cruzar como fuese la frontera con México. En 2012 Roland le da una vuelta de tuerca a la idea y salva al continente africano de la destrucción (debido a la acción de las placas tectónicas en lugar de hundirse asciende), mientras que la destrucción se ceba especialmente con Estados Unidos, que es sacudido por grandes terremotos, cruzado por fallas gigantescas, medio país explota, el otro medio es sepultado por la ceniza, y luego es engullido por el océano atlántico en forma de tsunami bíblico. Por si alguien pensaba que algún cacho de USA iba a quedar intacto, Roland piensa en todo y nos muestra Honolulu convertida en un mar de lava. El simbolismo aún va más allá: la polaridad del planeta se invierte, y África no sólo sobrevive, sino que pasa a ser el norte del planeta, mientras que el polo sur se sitúa en… ¡Wisconsin! Para mi esto es más subversivo y políticamente incorrecto que toda la filmografía de Michael Moore en fila india. Y te ríes incluso más.
Es conocida la afición de Roland a matar presidentes, vicepresidentes y, especialmente, primeras damas, y 2012 no podía ser menos. Pero el puntazo del portaviones J.F. Kennedy llevándose por delante al presidente negro y a la Casa Blanca ha superado cualquier cota de incorrección política. ¡Y luego dicen que sólo es cine palomitero!