La película me ha impresionado, no porque sea más o menos dramática la situación de los que se lanzan al agua en pateras buscando el falso paraiso del mundo occidental, sino por haber podido presenciar, un poco, el mundo del que provienen estos inmigrantes, sus relaciones familiares, sus problemas y el atractivo que supone para ellos el poder ver la vida que llevamos en los "paises ricos" a través de la TV o internet. Ellos son el vertedero de los paises avanzados que deberían llegar a unos acuerdos básicos para que, en sus países, estén bien, tengan un buen trabajo y se sientan felices. Los paisajes son espectaculares. Los encuentros interculturales, a medida que cruzan las fronteras, no dejan de ser estremecedores por lo duro que resulta cruzarlos...