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España España · LAS PALMAS DE G.C.
Voto de RICKDECKARD:
1
Thriller. Drama Tras la muerte de su mujer, Tom Ludlow, un veterano policía de Los Ángeles, está pasando el peor momento de su vida. Cuando unas pruebas lo implican en la ejecución de un compañero, Tom empieza a cuestionarse la integridad moral y la lealtad de todos y cada uno de los que le rodean. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2008
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polis corruptos, compañeros traicionados, asuntos internos, mucha droga en las calles, tiros por todos lados y alguna que otra persecución torpemente mostrada en la pantalla. Dueños de la Calle no es más que eso. Otro intento de repetir el éxito en formato imagen de una historia de James Ellroy. Funcionó con L.A. Confidencial (1997) y más o menos escapó en La Dalia Negra (2006) pero se la pegó con bodrios como Dark Blue (2002). Todas estas películas y novelas tienen un denominador común con Dueños de la Calle. La policía de Los Ángeles es corrupta y uno de los suyos en solitario será quien descubra el pastel para que la poli de la poli, es decir, asuntos internos, haga su necesario trabajo.
De nuevo un policía con oscuro y triste pasado, Keanu Reeves, luchará contra todo el sistema policial de la ciudad de Los Ángeles para descubrir a los asesinos de su ex – compañero. Su mujer ha muerto, bebe más vodka que el Sr. Smirnoff y esta más o menos sólo en el mundo. Pero es buen poli. No quiere que todos culpen a su ex – compi de levantar droga en el almacén de la poli para revenderla en las calles. El tipo más duro de la ciudad. Resuelve los casos por la norma 33. Su primera regla es: quien no dispara primero y pregunta después es un don nadie. De cerca le sigue los pasos el jefe de asuntos internos. Al final, trama al descubierto. El malo es el que parece, el bueno es el que habíamos imaginado y en este caso no hay chica. Bueno, si que la hay. Nunca el calificativo de actriz secundaria fue más adecuado para la pseudo novia del protagonista. Se trata de Martha Higareda que ya podrá decirle a sus padres que tuvo tres frases y dos planos en la película.
Reeves está literalmente acabado. Bueno, algunos pensamos que nunca empezó. Sigue con ese careto de susto perpetuo instalado en su expresión. A Forrest Whitaker que interpreta al corrupto jefe de Keanu habría que darle la jubilación anticipada. Este sujeto, que tras Juego de Lágrimas (1992) sólo le hemos visto en bodrios para olvidar, hace gala de aquello de: dame la pasta que la vida es corta. Qué decir de Hugh Laurie. Interpreta al jefe de asuntos internos que pincha a Keanu para que haga lo adecuado. Más encasillado que la ballena de Liberad a Willy (1993). Cuando le veo en pantalla no puedo evitar imaginármelo con el bastón machacando a otros médicos en un capítulo de House.
Del director David Ayer hay poco que decir más que escribió un correcto guión en Training Day (2001). Otra más de corrupción policial que añadir a la bolsa.Le falta algo. Eso que sí tiene L.A. Confidencial (2002). Detectives de homicidios con sobrero y gabardina, chicas fatales con el peinado de Veronia Lake, Chevrolets del 39 convertibles y un guión bien hilado de corrupción sin límites. Eso que Howard Haks le dio al Sueño Eterno (1946) o John Huston a El Halcón Maltés (1941). Supongo que Ellroy no es Dashiell Hammett y nadie volverá a encarnar a Philip Marlow o Sam Spade como Bogart.
RICKDECKARD
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