Tal vez por el doblaje, unido a la evolución... Wilson no me atrapó. Debo reconocer que durante los primeros minutos, nos encontramos frente a un Wilson ingenioso, descreido, de vuelta de todo y dotado de cierto cinismo. Algo que abandona pronto para sumirse en la estupidez de un personaje, al que hacia la mitad comienza a molestar, haciéndote olvidar lo poco que había ofrecido.

Woody Harrelson, con 56 años, presenta un aspecto demasiado envejecido para su edad, mostrando una interpretación que no consigue llegar al espectador, en gran parte debido a que el guión no acompaña.

No diría que es una pérdida de tiempo, pero sí un trabajo rutinario y menor.