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España España · Bilbao
Voto de Laura:
9
Drama Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY) [+]
20 de agosto de 2008
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que se puede decir de esta película que no se haya dicho ya. La había visto hace años, cuando era, creo, demasiado pequeña para entenderla, y aún así la imagen última del jefe se había quedado grabada en mi memoria.
Historia que da que pensar, que nos hace replantearnos nuestro concepto de "normal" y de "transtornado". Muestra con toda su crudeza la forma en que, hasta no hace mucho (quiero creer que esto ha empezado a cambiar en los últimos años) se ha tratado a los "enfermos mentales". Y lo dejo entrecomillado porque creo que esta expresión merece todas las comillas del mundo. Nadie como el personaje de Randle McMurphy para hacer que nos cuestionemos lo que la sociedad entiende por "cuerdo". Puede que fuera un violador, un perturbado en cierto sentido, pero es un tipo genial. Es el único que consigue llegar al corazón de todos los que le acompañan en el sanatorio (del lado de los "locos").
Dejando de lado que sólo la historia en sí ya es atractiva, hay que añadir unas interpretaciones magistrales, empezando por supuesto con un Jack Nicholson lo suficiente histriónico (pero no demasiado), y siguiendo con todos los demás personajes. Ni uno solo de los pacientes merece ser tratado de secundario, y todas las interpretaciones tienen un punto de genialidad.
Una banda sonora que acompaña adecuadamente todos los momentos (preciosa música del comienzo y el final).
Y, por supuesto, la increíble dirección de Milos Forman (todo lo que he visto de él son obras maestras), su capacidad de penetrar con el objetivo de la cámara en los pensamientos de los personajes (los primeros planos de Louise Fletcher son impactantes).
Una obra maestra imprescindible, una película inmortal.
Laura
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