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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2014
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He visto "La gran familia española" en la enorme y atestada sala única de un viejo cine de reestreno. Un aplauso unánime ha saludado el final de la proyección. Incluso yo, poco dado a efusiones de ningún tipo, he sentido la tentación de unirme a la ovación. Porque "La gran familia española" no será una buena película en términos estrictamente cinematográficos, pero sí es una obra vital y luminosa que te reconcilia con el género humano. Y es que su visionado feliz tiene un efecto secundario de lo más recomendable en los cínicos tiempos que atravesamos: te hace mejor persona. Que no es poco.
Las comparaciones son odiosas, así que digámoslo ya: "Primos" es mejor. Aquélla era un engranaje perfectamente sincronizado, atravesado por un fino sentido del humor que discurría con sorprendente fluidez. Nada se echaba de menos, y nadie sobraba. "La gran familia española", por contra, transmite cierta sensación deslavazada. Alterna secuencias hilarantes con momentos un tanto sonrojantes, y francamente prescindibles- la entrada en escena de los personajes al comienzo de la boda es un guiño musical a... ¿qué, o quién?-. No obstante, la frescura de su sentido del humor se impone, haciéndose perdonar los abundantes y abultados errores merced a unos ingeniosos diálogos que rezuman naturalidad. Por una vez de acuerdo con el talibán Boyero, "Daniel Sánchez-Arévalo tiene un oído privilegiado para reproducir el lenguaje de la gente joven".
El otro pilar que apuntala la desigual familia española es su reparto. Junto a los habituales de Sánchez-Arévalo- Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre y, en rol tan exiguo, casi un cameo, como impagable, Raúl Arévalo-, encontramos un prometedor elenco (aún más) joven a seguir de cerca, sobretodo a la turbadora Sandra Martín. Sobre todos ellos destaca, sin embargo, la interpretación Roberto Álamo. El hermano retrasado que compone se apropia de cada plano en que aparece, así como del corazón de un espectador al que hace pasar de la carcajada a las lágrimas con la misma facilidad que su tierno personaje.
Carorpar
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