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Voto de Carorpar:
8
7.8
14,171
25 de abril de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western psicológico por antonomasia. Obra maestra de Nicholas Ray a mayor gloria de su ex, la gran diva Joan Crawford, cuya Vienna se convierte en icono inconfundible del imaginario colectivo.
El contrastadísimo Trucolor en que está rodada y el claroscuro de las escenas nocturnas contribuyen a crear una atmosfera de irrealidad que acaba tornándose pesadillesca.
Lo ajustado de su presupuesto no obsta para que nos hallemos ante uno de los mejores westerns de la historia. Y es que cada aspecto de "Johnny Guitar", hasta el detalle a priori más intrascendente, trasluce un mimo impropio de la serie B. El amor que al cine declara esta película, a gritos y a tiros, resulta más emocionante que demasiadas otras aparatosas ostentaciones. Desde las interpretaciones de su pareja protagonista, la intensa Joan Crawford y el socarrón Sterling Hayden, hasta las de secundarios de la talla de Ward Bond y John Carradine- criaturas no en vano fordianas-, o el inolvidable Ernest "Marty" Borgnine. Pasando por el brillante guión que firma Philip Jordan, salpicado de diálogos a quemarropa. Y, para muestra, un balazo:
"- ¿A cuántos hombres has olvidado?
- A tantos como mujeres tú recuerdas"
Sin olvidar, por supuesto, la evocadora partitura compuesta por Victor Young, prodigio de nostalgia, bellísima.
Mención aparte, finalmente, para Nicholas Ray, quien trenza una trama angustiosa, jaspeada de momentos climáticos hasta alcanzar una resolución de evidente deuda con la tragedia clásica. Transmuta además buena parte de los sólidos arquetipos del género; así, el antagonismo es aquí femenino, o el héroe Johnny, turbio como río minero, colabora con un villano- Scott Brady- mucho menos taimado de lo que es de uso.
"Rara avis", sí. Y una joya también.
El contrastadísimo Trucolor en que está rodada y el claroscuro de las escenas nocturnas contribuyen a crear una atmosfera de irrealidad que acaba tornándose pesadillesca.
Lo ajustado de su presupuesto no obsta para que nos hallemos ante uno de los mejores westerns de la historia. Y es que cada aspecto de "Johnny Guitar", hasta el detalle a priori más intrascendente, trasluce un mimo impropio de la serie B. El amor que al cine declara esta película, a gritos y a tiros, resulta más emocionante que demasiadas otras aparatosas ostentaciones. Desde las interpretaciones de su pareja protagonista, la intensa Joan Crawford y el socarrón Sterling Hayden, hasta las de secundarios de la talla de Ward Bond y John Carradine- criaturas no en vano fordianas-, o el inolvidable Ernest "Marty" Borgnine. Pasando por el brillante guión que firma Philip Jordan, salpicado de diálogos a quemarropa. Y, para muestra, un balazo:
"- ¿A cuántos hombres has olvidado?
- A tantos como mujeres tú recuerdas"
Sin olvidar, por supuesto, la evocadora partitura compuesta por Victor Young, prodigio de nostalgia, bellísima.
Mención aparte, finalmente, para Nicholas Ray, quien trenza una trama angustiosa, jaspeada de momentos climáticos hasta alcanzar una resolución de evidente deuda con la tragedia clásica. Transmuta además buena parte de los sólidos arquetipos del género; así, el antagonismo es aquí femenino, o el héroe Johnny, turbio como río minero, colabora con un villano- Scott Brady- mucho menos taimado de lo que es de uso.
"Rara avis", sí. Y una joya también.