La esperanza, las primeras ilusiones de que sea el amor, de que ese hombre con el que nos han obligado a casarnos resulte, que al final lo acabas amando. Pero aquí al amor sorprende de verdad. Esta vez no son dos jóvenes y guapos americanos que se odian a muerte pero acaban rindiéndose a la tensión sexual, no, aquí son dos mujeres, una joven que añora su hogar y ve en la mujer mayor el refugio y el calido amor maternal, la otra, una mujer sumisa y atenta que ve en la joven que la vida puede cambiar, que sus vidas pueden hacerlo, que no siempre hay que obedecer. Pero no podría verse tan claramente el amor que sienten la una por otra como aquí lo hace, la necesidad, la ternura si no fueran dos actrices que tan bien saben transmitir todo esos sentimientos, como Shabana Azmi y Nandita Das que te hacen ver incluso que hay dentro de ellas mismas. Esta es la historia de dos mujeres que viven en un mismo mundo, pero lo ven y lo viven de forma muy distinta, lo asumen diferente y lo aceptan o no lo hacen. Y en cada uno de los personajes hay amor, los que no aman a unos aman a otros, no hay ogros insensibles que no saben amar, hay amor egoísta y invisible, amor escondido, amor vergonzoso, pero amor al fin y al cabo. Una buena historia para hacerte entrar en este mundo lleno de tradiciones y responsabilidades, que parece tan distinto, pero que en realidad no es tan diferente. Y esos sueños y esas historias, con tanta magia. Con una iluminación tan delicada y suave que tan bien se complementa con las dos protagonistas. Y es que, aquí se preguntan sobre el deseo, ¿Qué es la vida sin deseo? O ¿sirve de algo? Es, la directora y guionista quien nos responde esta vez, la vida no vale nada sin deseo, no queda nada, un vacío tan grande y abismal como la soledad o el propio miedo. Si ansias el amor, si amas, si no lo quieres perder, corre a por el. Aquí no hay miradas vacías, solo hay miradas llenas de amor, de vergüenza o de odio, llenas de fuego, al fin y al cabo.