Si no me equivoco Raymundo Gleyzer fue cercano al PRT, hay que entender la película en su contecto histórico, la década de los 70, los años previos a la última dictadura militar argentina. La película bien puede ser categorizada como cine militante, y digo esto porque quienes hemos tenido la posibilidad de conocer el discurso de los militantes de la izquierda argentina, podemos ver en cada diálogo, en cada idea del guión, exactamente los mismo temas que aborda hoy la izquierda en Argentina. Casi 40 años después, la prédica dogmática de la izquierda sindical que desea adoctrinar a las masas obreras, se mantiene intacta, asi como también la clásica personalidad de los gordos de la CGT.

Personalmente observo la película como una manera de observarnos a nosotros mismos, una parte de la cultura y los pensamientos de nuestra sociedad que fue horriblemente cercenada por el genocidio de estado. Es por eso que valoro mucho que podamos ver hoy en día una película como esta, aunque la considere malísima por estar tan sujeta y prisionera de la ideología de su autor.

Una manera de analizar las cosas muy interesante y reveladora en algunos aspectos, y al mismo tiempo fuertemente definida y rígida, propia de la lógica de los partidos políticos, en este caso los de la izquierda argentina.

En fin, recomiendo ver esta película, no por su calidad cinematográfica, sino por su importantísimo valor histórico, una parte de nuestra historia, la otra cara de la moneda que el poder dominante se empeñó tanto en ocultar y exterminar, la película que Palito Ortega jamás hubiese protagonizado.