Cada vez son más las propuestas cinematográficas que llegan desde Corea del Sur al panorama internacional. Decision to leave presenta una historia a medias entre el thriller y el romance. A nivel estético, tiene una gran carga noir y, en general, tiende a ser una película oscura o nebulosa. Ya desde el primer fotograma, atrapa al espectador. El montaje está muy cuidado y es un espectáculo visual cuyo argumento mancha levemente el conjunto.

Chan-wook intenta dibujar un relato complicado, detectivesco y enrevesado, pero no le sale del todo bien. Deja muchos elementos sutiles a interpretación del público y juega tanto a dar una narración críptica que, en ocasiones, se siente irregular. Falta esa secuencia, ese diálogo o esa imagen que haga “clic” y le dé el sentido a todo lo que se está mostrando. Aun así, la implacable puesta en escena se encarga de compensar estos errores. Cuenta con una fotografía excepcional, se podría presentar la obra como una sucesión de planos sin más y seguiría siendo bonita.

A pesar de los problemas argumentales mencionados, el hilo “policíaco” es sugerente. Los procedimientos de Hae-Joon, el papel principal, para resolver los casos, consiguen meter a la audiencia en la crónica y le incitan a prestar atención a cada uno de los detalles de las escenas del crimen, de los interrogatorios, etc. La trama general, por otra parte, es bastante floja y lo que desconcierta. Se percibe forzada, y no acaba de encajar con los rasgos que se nos habían presentado del protagonista. Parece más bien una fantasía del director que un relato real. Durante gran parte de la cinta, no existe química entre Hae-Joon y Sore, la otra protagonista, y es de cara al final cuando comienzas a sentir empatía por ellos –después de casi una hora y media de metraje–.

No obstante, Decision to leave es un drama policíaco interesante, diferente al resto y con una estética brillante. Dejando de lado las volteretas argumentales de Chan-wook, el resultado es una cinta oscura, entretenida e intrigante.

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