El boxeo vuelve a las salas de cine, esta vez de la mano de Michael B. Jordan, que debuta como director en la nueva entrega de Creed. Siguendo con la saga de Rocky, aunque esta vez con ausencia de Silver Stallone, Creed III se centra en la historia del nuevo protagonista y boxeador que continúa el relato.

Una de las ideas de las que parte el film es que el pasado nos persigue y, por tanto, con la llegada de Damian (un antiguo compañero) vuelven los problemas antiguos de Creed. En consecuencia, a parte de enfrentarse al combate físico, se enfrentará también moralmente al regreso de un amigo a quien parecía haber olvidado. Y ahí la cinta muestra dos tipos de jugadores: los que juegan limpio y desde el respeto y los que buscan ganar como sea para demostrar su valor.

Se puede percibir cómo las personas cargan con cuestiones que deben aprender a gestionar para continuar hacia delante. En esa línea, la película reseña que gracias al esfuerzo, la superación y la constancia se pueden llegar a cumplir los objetivos y los retos que cada uno se propone. En esa evolución, el largometraje no olvida valorar el gran apoyo de la familia y los amigos.

En relación a la producción, destacar que abundan los primeros planos que permiten apreciar las interpretaciones principales. Por otro lado, la cámara capta y muestra detalles durante las peleas y, junto con el sonido, consiguen impactar y mantener al espectador en tensión.

www.contraste.info