Creed III

No puedo decir que sea una película mala, es entretenida, con escenas muy bien filmadas pero queda muy lejos de la que para mí es la mejor película de la saga, que es Creed 2.

Que no salga Rocky hace que la película pierda esa magia, pierda el factor emocional, pierde la épica, pierde la gran conexión entre los dos personajes. Por otro lado la historia es demasiado rebuscada y bastante surrealista, demasiado forzada. Es una película que puede ser incluso prescindible, sobretodo para verla en cines.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero por banda sonora, por rival, por las escenas épicas entrenando en el desierto, por historia y como no por ver a Rocky en la esquina, es imposible comparar esta película con Creed 2.

Tercera película de la franquicia "Creed", continuadora de la saga "Rocky" que, a mi personalmente me ha dejado bastante frío.

No, no aburre. Además, tiene una duración que para lo que se hace hoy en día, resulta moderada. Así no cansa ni se infla en demasía.
Sin embargo considero la historia más o menos trillada, con muchas escenas pretendidamente sensibles en al ámbito "familiar" pensadas para emocionar al público pero que me han parecido en líneas generales, poco emotivas y hasta sentimentaloides.

El argumento no es un dechado de imaginación y la peli se sigue sin ningún esfuerzo, con picos de interés y aunque amena en su gran mayoría, al finalizar te deja como estabas. No te enseña ni aporta nada nuevo, que yo al menos haya visto, a la franquicia.

Las escenas de las escasa peleas están rodadas con pericia, buen montaje y banda sonora, pero tampoco resultan épicas.
Lo cierto es que las que hacía Stallone tenían más predicamento, me gustaban más. Estas de ahora no poseen su fuerza aunque puede que sean más creíbles.

En definitiva, que se puede ver tranquilamente, pero...

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Me sorprendió, despues de verla, la nota que tenía y celebro que a mucha gente le haya gustado ya que a mi me resulto aburrida y repetitiva. Aquí encontramos a un ex campeón mundial de boxeo que vive cómodamente con su familia y por circunstancias que uno ve venir a los 15 minutos del film, debe volver al cuadrilátero enfrentándose a un amigo del pasado con el que tiene cuestiones pendientes. Pero bueno, todo es tan visto y con nada de sorpresa que, en mi caso, me aburre ya que uno sin ser adivino ya sabe todo lo que va a ir ocurriendo. Dentro de las actuaciones Michael Jordan esta correcto y Jonathan Mayors hace todo tipo de morisquetas pero no le alcanza para hacer creíble su personaje. En síntesis, puedo decir que si bien uno ya sabe lo que va a ver en este tipo de películas, me parece muy cómodo de parte de los guionistas que su imaginación solo les sirva para copiar y pegar restos de film de Rocky. Desechable.

Creed III está dirigida y protagonizada por Michael B. Jordan, quien está en plena forma pese a que Adonis Creed ya se ha retirado. En el negocio del boxeo está, plácidamente viviendo junto a su mujer e hija (Tessa Thompson y Mila Davis-Kent) cuando un viejo amigo aparece en su vida tras pasar veinte años en la cárcel. Este es Damian (Jonathan Majors), que hace que Adonis recuerde su vida pasada y atormentada y, en busca de una posible redención, le da trabajo en su gimnasio como sparring. Sin embargo, Damian buscará algo más que eso, la gloria incluso, alzándose como campeón de los pesos pesados, haciendo que Adonis vuelva a coger los guantes para volver a ponerlo todo en orden. Hay que decir que es un espectáculo visual, pero hay poco combate y más momento valle que otra cosa, lo cual afecta al conjunto.

Y es que en CREED III la cosa está más relajada y es menos entretenida cuando no tenemos a Stallone comiéndonos la oreja. En lo único donde la película se mantiene en alto es en unos combates efectivos, llenos de cámaras lentas y golpes terribles que llegan al espectador. Sin embargo, son contados y su duración no es ni mucho menos larga ni mucho menos tan épica como en las anteriores. Quizás el personaje de Adonis ya está quemado y otra persona deba recoger el testigo de la saga. En cualquier caso, Adonis Creed quizás haya logrado su último título de peso pesado con este filme. Por lo demás, Jonathan Majors cumple con su papel, decir que los dos se machacan y lucen espectaculares, y Tessa Thompson y Mila Davis-Kent simplemente están para dar un poso más humano a Adonis. Quizás el filme se pierde demasiado en esos momentos familiares que no aportan al conjunto.

En definitiva, CREED III es una buena película deportiva, pero no siento que sea tan potente como las anteriores y la enorme sombra de Rocky y de Stallone pesa sobre ella. No sé qué pasará con la saga de ahora en adelante, pero necesita una renovación urgente, puesto que es más de lo mismo y al espectador acabará por aburrirle. En cualquier caso, los combates están muy bien llevados. Nos la perdáis si sois fans del género.

La franquicia de Rocky lleva, con esta última película, un total de nueve proyectos a sus espaldas. Que se dice pronto. A los seis bajo la marca Rocky Balboa, propiamente dicha, hemos tenido que sumar estos tres del “spin-off” llamado Creed. Digo esto porque, a estas alturas de la película, creo que todos podemos asumir que no van a inventar la rueda. Las claves donde se han movido las dos sagas -épica, levantarse después de una derrota, entrenamientos con momentos “videocliperos” de fondo, el “eye of the tiger”- están muy marcadas y “Creed III” no es la excepción que confirma la regla.
Huelga decir, eso sí, que esta es la primera de las nueve entregas donde la figura de Rocky desaparece y Creed pasa a volar en solitario y sin red. Tener a Stallone en las dos anteriores entregas le daba a esta nueva franquicia cierta sensación de seguridad -además de venir apadrinada por el propio Sylvester- ya que el público tenía un elemento claro y reconocible al que recurrir -y admirar- y los fans estaban encantados de seguir viendo a su ídolo, aunque fuese en un rol de entrenador y ya no de púgil. Pero, en “Creed III” esto ha cambiado.

La película -en cines desde el día 3 de marzo- que, además, pasa a ser la opera prima de Michael B Jordan -grata sorpresa en la dirección, dicho sea de paso, con algunos recursos visuales francamente potentes y bien trazados, aunque no están a la altura de lo logrado por Coogler en la primera entrega- ha optado por hablarnos por fin de la figura de Adonis Creed y abandonar esa sombra de Balboa donde se sentía cómoda pero no acababa de tener toda la personalidad propia que podría haber tenido.
Ahora el que importa es Adonis y el conflicto de esta película nos lo demuestra. Utilizando a un amigo del pasado del protagonista que viene a destapar algunas miserias que el tiempo había enterrado profundamente y que Adonis deberá solucionar si quiere seguir adelante con su vida sintiéndose bien y en paz con él mismo y con su pasado.

Jonathan Mayors, que da vida a este amigo de la infancia de Creed, es uno de los grandísimos aciertos de la película. No solo porque físicamente está perfecto e impone gracias a su imponente físico en todas las escenas de combate, sino porque el actor norteamericano consigue darle muchos registros a su personaje y no se tambalea en las partes dramáticas. Además, en el duelo actoral con Jordan creo que se alza ganador y demuestra la importancia de tener un buen antagonista en este tipo de sagas.

Este duelo entre ambos es la pieza clave de esta secuela y así debía ser. Con un “villano” a la altura del protagonista y que tuviese el suficiente desarrollo dramático para que nos importase lo que pueda ocurrir o no con él. Y no solo fuese una “persona a la que vencer” sin más importancia posterior. Obviamente, el hecho de que tú entiendas las motivaciones del personaje de Mayors te ayuda mucho a empatizar con su drama y a que, aunque la película este contada desde la perspectiva de Creed, tu puedas entender también a Damian. Hecho que, en entregas pasadas, como con el mítico Drago de la cuarta entrega, no ocurría tanto.

Creo que, si deciden seguir haciendo películas -que a juzgar por lo que se oye de la taquilla, es más que probable- este camino que han iniciado aquí es el correcto para avanzar. Con esa dosis de épica mezclada con el drama más familiar que te da contexto y más importancia para los combates y te aporta ese plus extra de conexión emocional que hace que el final pueda ser más satisfactorio.

Más allá de esto, la cinta es exactamente eso que esperas. Peleas épicas donde las haya, momentazos de entrenamiento yendo al límite y una pelea prácticamente fratricida donde todos ponen toda la carne en el asador. Incluido el joven director que recurre a algunos trucos visuales como el “traslado de ring” -cuando lo veáis sabréis a que me refiero- o la introducción de música más urbana para darle su “toque Creed”, que le sientan francamente bien a todo el conjunto de la película. Quizá, eso sí, la trama con la hija de Adonis y su desarrollo se alarga en exceso quitando momentos de lo que “hemos venido a ver”.
En cualquier caso, creo que estamos ante una película que cumple con creces las expectativas y que va a gustar a los fans, como ya gustaron en líneas generales las dos anteriores. Es curioso que, a pesar de llevar nueve entregas y de no innovar en exceso, esta saga se las apaña para seguir resultando refrescante.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv