Roger Moore se despide del 007 con una aceptable película, donde mantiene la acción frenética, habitual de sus películas. Se parte de un argumento algo pulido comparándolo con sus antecesoras y cierra dignamente su participación en la serie.

Bueno: el villano es muy bueno, los productores pasaron de las épocas oscuras como solo para sus ojos o Moonraker. El personaje de May Day genera atracción e interés por ser diferente. Vuelven las escenas de alta acción: la persecución en Paris nos hace recordar anteriores producciones.

Malo: demasiado extensa, el final en la mina no es muy atractivo, Tanya Roberts es la chica Bond más tonta de la historia (Y después de Goodnight esto parecía imposible)
A diferencia de Connery y el esperpento de nunca digas nunca jamás, Roger Moore si tuvo una digna despedida.