No solo se trata de una película extremadamente redundante y monótona sino que encima resulta molesta de ver, ya que al director le parecía buena idea poner un intento de susto cada cinco minutos a trescientos decibelios aproximadamente. La interpretación de Milla Jovovich es destacable, pues se trata de algo como: "Hola, soy Milla Jovovich, actúo igual en todos mis personajes pero da igual porque me siguen contratando". Las escenas de acción ni siquiera se disfrutan, porque contrataron a un equipo de rodaje con Parkinson (o quizá solo te mueven mucho las cámaras para que no te fijes en lo cutre de las peleas). Además, el único giro argumental interesante en torno a Alice es bastante previsible debido a un flashback fuera de lugar. Para colmo, tienen los huevos de insinuar que podría haber otra parte. En resumen, yo os recomiendo que en lugar de ir al cine a ver esta película os compréis una traca de petardos, que os va a causar el mismo efecto y os va a salir más barata.