Pocas películas Islandesas se producen en aquel país de tan solo 330.000 habitantes, la última que se estrenó en España "La mujer de la montaña" hace unas meses me gusto mucho, por lo que cuando he visto que en Netflix habían metido esta pelicula que gano en el último festival de Sundance el premio a la mejor dirección me decido a verla.

El cineasta islandés Isold Uggadottir escribe y dirige esta historia con escaso presupuesto pero con una gran carga dramática en un país gris, acosado continuamente por la lluvia algo que intensifica mucho el agobio de las dos protagonistas.

Lara (Kristín Thóra Haraldsdottir) es madre soltera de un hijo pequeño (Patrik Petursson), ha tenido un pasado triste con las drogas y la acaban de desahuciar de su piso, está haciendo prácticas como oficial de seguridad fronteriza en el aeropuerto de Keflavic. Durante su  trabajo, se cruza con Adja (Babetida Sadjo) de Guinea-Bissau que intenta viajar a Toronto con un pasaporte falsificado y es detenida.

Mientras Adja aguarda la inevitable deportación en un centro de refugiados después de una breve condena en prisión. Lara se encuentra viviendo en su automóvil con su hijo, las dos mujeres se volverán a encontrar cara a cara y entre las dos se formara un vinculo materno con el hijo de ella.

Puede ser que la credibilidad de la historia no sea la más adecuada, pero los dos personajes están muy bien definidos y consiguen interesarte bastante, llegandote a conmover mucho la interpretación de la actriz belga-guineana por mostrar poco rencor, su calidez y su dignidad frente a la chica islandesa que le ha provocado toda esta situación. 
Destino Arrakis.com