Al Capone vivió sus últimos años en una gran mansión en Palm Island, Florida, junto a su esposa Mae, su hijo y nietos. Los problemas de salud que arrastro los ultimo años, una demencia aguda y una sífilis mal curada en su juventud hicieron que le otorgaran desde la prisión de Alcatraz, (donde cumplía condena por evasión de impuestos) dejarle morir en su casa. El famoso gánster de Chicago fallecía con solo 48 años unos meses después de dejarle libre de un ataque al corazón. 

La película se centra en este último año de su vida. El guion y dirección corre a cargo de Josh Trank, que con 27 años entusiasmo con su primera película "Chronicle", pasando a ser lapidado por realizar la última de "Los 4 Fantásticos", aquí se esfuerza en hacer algo interesante, pero la verdad es que resulta una historia grotesca y sin sentido. Con un Tom Hardy deambulando todo el film diciendo bobadas en situaciones surrealistas. 

Ya de por si el personaje de Capone, debería de haber dado un buen juego, pero se limita a ofrecernos un experimento demencial tratando al personaje como un muñeco de guiñol difícil de digerir.

Tom Hardy maquillado hasta las cejas crea un personaje fuera de si, intentando recordar donde escondió 10 millones de dólares, y todos a su alrededor (incluido el FBI) como buitres esperando a que aparezca el dinero, ya que la familia se encuentra en bancarrota y mantener todo el imperio cuesta una fortuna.

Linda Cardelini interpreta a su mujer Mae, y en otros papeles más pequeños encontramos a Matt Dillon y a Kyle MacLachlan. Un film lento y confuso que puede hundir más la carrera de Josh Trank, si no estaba ya hundida. Una pena.
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