Es imposible no comparar esta franquicia con el fallido intento de darle continuidad a la famosa “The blairwitch proyect”, el fiasco tuvo lugar al intentar modificar radicalmente el modo de contar la historia, de ser un documental en 1ra persona a ser la típica (mala) película de terror adolescente. Si hay algo que aprendieron los realizadores de “Paranormal Activity” es a mantener un estilo, dando en cada nueva entrega nuevos (o viejos) elementos para hacer entretenida esta historia. En esta cuarta entrega, se incorporan elementos modernos, tal vez demasiado modernos, como las luces infrarrojas del sistema Kinect, y la posibilidad de registrar todo con las Web Cams de los ordenadores portátiles.
Vuelve lo de siempre: un comienzo lento, los conteos de noches, los sustos falsos (resultan molestos a estas alturas), como siempre los protagonistas solo revisan los 3 primeros días de fenómenos y los últimos 10 en que suceden los hechos mas increíbles jamás son verificados, y por supuesto un final electrizante a todo dar el cual contribuye a la buena nota que le dí a este filme.
Algunas cuestiones técnicas que hay que pasar por alto, la increíble calidad con la que filman esas web cams, en Full HD1080p a 30 cuadros por segundo, con una profundidad de campo y un enfoque dignos de de las mas sofisticadas filmadoras digitales de hoy en día. Pero es solo un detalle técnico que no afecta la esencia de lo que se cuenta, ¿Y que es lo que se cuenta? Pues las andanzas de Katie, Robbie y Alex. Katie, una mujer de treintitantos con poderes mentales y fuerza sobrehumana prófuga de la ley por haber asesinado a su marido y secuestrado a su sobrino. Robbie, el sobrino de Katie quien no sabemos si es un niño autista, o si esta en algún trance místico. Y Alex, una jovencita preciosa con la mala suerte de ser vecina de los 2 primeros y es quien debe sufrir el bagaje de fenómenos paranormales provocados por ellos.