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España España · barcelona
Voto de avanti:
7
Comedia Joseph (Humphrey Bogart), Albert (Aldo Ray) y Jules (Peter Ustinov) son tres presos recién fugados de la cárcel de la Isla de Diablo. En su huida llegan a una pequeña tienda familiar para robar ropa y algún dinero que les permita escapar de la isla en barco. A la espera del momento oportuno para embarcar, los fugados convencen al dueño para arreglar el tejado de su casa con el propósito de pasar inadvertidos. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
We’re no angels (No somos ángeles) es una película dirigida por Michael Curtiz en 1955, con guión de Ranald MacDougal basado en la obra de Albert Husson, música de Friedrich Hallaender y fotografía de Loyal Griggs. Magnífica comedia en la que podemos apreciar como pocas veces, el lado distendido amable y cercano de Humprey Bogart en el papel de Joseph, secundado por los espléndidos Aldo Ray como Albert y el grandísimo Peter Ustinov como Jules, tres pillastres cuyo único deseo es abandonar lo más apresuradamente que puedan la Isla del Diablo y su centro de acogida para delincuentes.

No es un cuento de Navidad pero lo parece, no se trata de peligrosos delincuentes pero lo parecen, no son aprovechados sin escrúpulos pero lo parecen; el caso es que Joseph, Albert y Jules se las han de ingeniar para no ser pescados a la espera de embarcar y salir pitando de la acogedora isla con un plan que por improvisado no es menos interesante ofreciéndose al dueño de una tienda para arreglar el techo no llamando demasiado la atención mientras esperan el momento oportuno para apropiarse de lo necesario y embarcar hacia la libertad.

Con lo que no contaban nuestros amables rateros era confraternizar con la acogedora familia Ducotell que regenta la tienda: el bueno de Felix Ducotell (Leo G. Carroll) su querida esposa Amelie (Joan Bennett) y la hermosa e inocente hija de ambos Isabelle (Gloria Talbott), pero no debemos olvidarnos en esta entretenida historia citar necesariamente a la escurridiza y sibilante mascota que Albert tiene a buen recaudo de todo posible incidente que podría influir notablemente en el destino de quienes la rodean.

En el transcurso de las horas nuestros fugados se percatan de ciertos problemas económicos por los que pasan los Ducotell, conmoviendo hasta tal extremo a Joseph que decide ofrecer sus conocimientos… empresariales para sacar a flote la situación. El caso es que la cosa se complica al entrar en escena otros personajes relevantes: el codicioso y dueño de la tienda Andre Trochard (Basil Rathbone) que no cede ante las urgencias ni las suplicas de los Ducotell y su no menos codicioso sobrino Paul Trochard (John Baer) con tan mala fortuna para ambos que durante algún descuido reciben la silenciosa visita de una sibilante mascota entre una sucesión de acontecimientos que a Joseph, Albert y Jules les harán reconsiderar los planes de fuga, momento en el que la visión que el realizador tiene sobre nuestros personajes se deja ver sobre sus tres cabezas, quiero decir: sobre sus cuatro cabezas.
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