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Voto de Palomitasconchoco:
7
Drama Kathryn (Sarah Michelle Gellar) y su hermanastro Sebastian (Ryan Phillippe), todavía estudiantes de bachillerato en un elitista instituto de Nueva York, deciden hacer una maquiavélica apuesta. Se trata de que Sebastian, un consumado Don Juan, se acueste con Annette (Reese Witherspoon), una joven que quiere permanecer virgen hasta su matrimonio. Si Sebastian pierde, Kathryn se quedará con su Jaguar, pero si gana... la tendrá a ella. (FILMAFFINITY) [+]
1 de septiembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No toda la crítica se alineó a favor de esta película, de hecho hubo algunos comentarios con crueles intenciones para la misma, pero tampoco me quedo solo a la hora de defenderla y de poner en valor esta versión moderna de Las amistades peligrosas (o de Valmont si gustáis más del estilo Forman). Vaya por delante para no dejar tampoco mal a los críticos que trataron de diezmarla con sus lenguas que Roger Kumble no demuestra grandes dotes de director y que las interpretaciones de Sarah Michelle Gellar (En el papel de Kathryn) y Ryan Phillippe (Como Sebastian) dejan bastante que desear al igual que muchos de sus compañeros como Selma Blair en el papel de Cecille (la única que no cambia de nombre con respecto a las dos adaptaciones de la novela antes reseadas). Hasta ahí todo lo malo que puedo decir de la película.
Si por algo me parece especial esta adaptación al mundo moderno de una obra basada en el siglo XVIII es precisamente por la capacidad que tiene para recoger la esencia de traición, sexo, erotismo y venganza y trasladarla a finales del siglo XX. Kumble como digo no demuestra ser una gran director pero sí demuestra ser un gran guionista. Y lo digo porque la traslación de ese esquema tan potente cinematográficamente hasta épocas más recientes se hace con una precisión magistral, llevando a cabo una exploración de las peligrosas relaciones que se darían en la actualidad. Así, a la historia dieciochesca le tenemos que sumar las relaciones homosexuales y lésbicas (que gran beso el de Sarah Michelle Gellar con Selma Blair), las relaciones interraciales (el amante profesor de música es negro en esta ocasión), nuevas tendencias sexuales más prolíficas en esta época que en el siglo XVIII (el cunnilingus también tiene protagonismo en la película) e incluso las relaciones incestuosas aprovechando que el divorcio de los padres (impensable tres siglos atrás) permite mayor versatilidad a un guión de este tipo. Con ello quiero decir, que la novela original deja poco margen en realidad a la adaptación en una historia de balcones de ópera, duelos de espada y trajes cortesanos y que Kumble consigue aquí darle una vuelta de tuerca a todo ello para escribir un guión sólido que mantiene la esencia original y que además es verosímil pese a las dificultades que entraña. Tal vez lo único que no puso solventar el guión es la correspondencia por carta para determinar la senda de las diferentes relaciones y que tal vez hoy día se hubieran solventado mediante un e-mail, o Whatssap, pero teniendo en cuenta que el escrito sobre el que se basa es una novela epistolar el fallo es hasta comprensible y se intenta justificar en el guión en la medida de lo posible.
Aparte de la narración en sí, Kumble también demuestra saber escribir un guión con la utilización de símbolos… algo que se echa de menos en el cine actual. Desde el primer plano cenital que recorre rápidamente el cementerio al lado de la ciudad, hasta el contenido interno de la cruz que cuelga del cuello de Kathryn, pasando por la forma fálica del coche de Sebastian, o el hecho de conocer al objeto de su apuesta montada a caballo), demuestran una intencionalidad muy lúcida.
El punto número dos favorable a la película estaría en una banda sonora magistral con canciones de Placcebo, Blur o Counting Crowdea muy apropiadas para las escenas en las que se escuchan y especialmente con un final apoteósico con el Sweet bitter symphony de The Verve que eleva la secuencia final a la categoría de arte y que deja un magnífico sabor de boca (para mi es imposible dejar de pensar en el final y en su música durante varias horas después del visionado).
Su tercer punto a favor se llama Reese Witherspoon. Si bien dijimos que las interpretaciones a nivel general eran bastante deficientes hay una honrosa excepción. En su papel de Annete consigue un gran virtuossismo (él mismo que se le confiere a su personaje) con gran seguridad y serenidad, su actuación esta muy por encima de la del resto y estaría cuanto menos a la altura de Mychelle Pfeiffer en el mismo papel que encarna en la primera versión dieciochesca de esta historia.
Hay muchos que han tratado a esta película con cierta repulsión tratándola de una típica cinta para adolescentes, pero en mi opinión no hay público malo, sino malas películas para el público, y sin ocultar que en cierta franja de edad la película puede causar más impacto, estoy convencido de que tiene mucho más trasfondo que despertar instintos hormonales. Desde luego no puede estar a la altura de Las amistades peligrosas de Stephen Frears, pero tampoco se queda tan lejos como algunos apuntan.
Palomitasconchoco
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