Una movie de culto sólo apta para festivales y amantes del género, que solo ellos sabrán apreciar el arte y el cultismo de Mandy. Panos Cosmatos hace una propuesta arriesgada al mundo del séptimo arte, con una muy buena macarrada visceral.

La película se sitúa en bosque alejado al margen de la sociedad, donde conviven Red (Nicolas Cage) y Mandy (Andrea Riseborough), una pareja enamorada que viven en su preciosa y humilde casa campestre de madera. Cuando de repente un líder sectario con delirios de Elvis Presley se obsesiona con la chica, y decide poseerla a cualquier precio, para ello invoca a una banda de moteros puestos de LSD hasta las trancas para raptarla. Red, con una insaciable sed de venganza se equipa con diferentes artilugios del averno e inicia un camino de odio y venganza, para aniquilar a todo aquel cocainómano que interrumpa su objetivo principal: LA VENGANZA.

La movie se podría resumir perfectamente como algo así de “salir de un concierto de canto gregoriano e ir a uno de AC/DC”. Cosmatos nos propone una primera parte muy lenta y somnolienta, imposible de no dormirse, que te hace replantearte el precio que has pagado para ver semejante bazofia, y en la que Nicolas Cage no tiene más de cuatro frases. Pero como la calma que precede a la tormenta, Nicolas Cage toma las riendas de la película y empieza una segunda parte, en la que solo podía ser interpretada por Cage. Una combinación de sangre, cabezas rodantes, vísceras y droga por doquier, la cual no te deja indiferente, Rock ‘n’ Roll puro y duro.

En cuanto a los personajes, un Nicolas Cage como protagonista que realiza uno de los mejores papeles de sus últimos años, ya no tanto por su melena despampanante, sino por un gran papel fuera de lo que nos tiene acostumbrados y muy bien interpretado. En cuanto a Mandy, Andrea Riseborough, una mujer esplendida y con una interpretación magnífica. Y para acabar destacar el papel de Linus Roache prostituido y con una carrera artística en las últimas, que, a pesar de su mejorable interpretación, nos regala unos momentos y unas escenas esplendidas.

Mandy se podría resumir, como una movie macarra de Panos Cosmatos en la que más vale que entres media hora más tarde del comienzo de la película, para no vivir con traumas y disfrutar de una sed de venganza de la que el cine comercial no nos tiene acostumbrados. Y a modo de experimento sería curioso que una sala de cine comercial hiciera un pase para Mandy, creo que a la salida de la película se verían unas caras un tanto curioso.

+ Papi, quiero ir a ver la última peli de Nicolas Cage
- Claro que si hija, ¡¡VAMOS!!
(a la salida de la película)
- No le cuentes nada de esto a mami
+ ¡¡Papi quiero más LSD!!

@muchomascine