Para 1994 von Trier había culminado su “Trilogía de Europa” (El elemento del crimen, 1984; Epidemic, 1987 y Europa, 1991), incluso habiendo llamado la atención en Cannes con alguna de ellas, además había realizado un excelente film para televisión basado en una tragedia griega, Medea (1988).

En aquel momento y antes de que su fama se terminara propagando por todo el mundo (cuestión que lograría un par de años después), estrenó una mini serie para televisión, creada, escrita y dirigida por él con algunos colaboradores, que a lo largo de los años se ha convertido en una serie de culto.

Riget trata sobre un hospital ubicado en la capital danesa, en el vamos viendo cómo se desenvuelven diversos doctores, enfermeros y pacientes, de importancia para la trama, la cual a su vez tiene múltiples vertientes que se van siguiendo, alguna más importante que otra pero que están siempre presentes.

En esta primera temporada, la serie es fortalecida por el nivel de intriga que maneja, que es el punto que a mi parecer le da validez, intriga y duda por cada una de las distintas tramas que va sobrellevando, valiéndose en historias de fantasmas, brujerías, odio, amores cuasi imposibles y locuras en medicina.

La serie es todo menos seria, no en el sentido peyorativo de la palabra, sino gracias a cada uno de los desmanes que se van mostrando a lo largo de los cuatro capítulos, algunos risibles, otros sorprendentes, unos toscos, otros llamativos.

Von Trier filma en esta ocasión de una forma muy similar a lo que luego se daría a conocer como el Movimiento Dogma, cámara en mano, algunos primeros planos, cortes bruscos, iluminación que en muchos tramos se me hizo natural; además que se sirve en algunas tomas específicas de tonos sepia.

Un par de detalles, una genial música utilizada en la introducción y al final en los créditos, quizá hasta más escabrosa que la propia serie, además de la aparición de von Trier al final de cada capítulo hablando sobre algunos puntos de lo que se vio.

Puntos bajos, un arranque un poco flojo y desordenado (el mismo director lo admite), un final elocuente pero que no llega a ningún lado, faltó cerrar algunas ideas, pulir alguna de las tramas, aparte algunas situaciones son tan burdas que causan gracia.

Sin embargo, Riget es una serie interesante, con un final que sin duda espera la segunda temporada que se estrenó años después, y que es importante mencionar que maneja un terror que no va a dar miedo. Yo visualizo más está obra en el género de la intriga, el drama de cada persona y con toques de humor negro.