Tarantino nos regala otra obra maestra con esta segunda parte de la épica venganza llevada a cabo por "la novia" (Uma Thurman), que sigue buscando y tachando de la lista a todos los que intentaron acabar con su vida en el día de su boda. La película, al igual que la primera parte es un amplio reciclaje de todas las influencias cinéfilas de Tarantino, desde el spaguetti western, el cómic, homenajes al cine clásico o el cine asiático, aderezado todo con su particular gusto musical que engloba al Morricone más clásico pero también funk, blues e incluso flamenco. En esta ocasión el genial director ha reducido la violencia de la primera parte en favor de unos ingeniosos diálogos lo cual le da un pulso narrativo diferente pero en ningún caso inferior. En cuanto al reparto, Uma Thurman sigue llevando el peso del film, al menos hasta la aparición de Bill (David Carradine), con el contrapunto esta vez de Michael Madsen y Daryl Hannah que interpretan a los dos villanos que faltaban por tachar de la lista.
"Kill Bill 2" es de obligada visión tras haber disfrutado la primera parte, a pesar de su ritmo más sosegado es una gran película al nivel de su predecesora, y como aconseja Tarantino, lo mejor es considerarlas y verlas como una única película.