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Voto de Habitación1520:
8
Thriller. Acción. Terror Red (Nicholas Cage) es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy (Andrea Riseborough). Un día, mientras da un paseo abstraída en una de las novelas de fantasía que suele leer a diario, Mandy se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan ... [+]
27 de noviembre de 2018
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yendo al grano; lo que convierte a Mandy en una gran película es que, siendo tan visceral, sangrienta, perturbadora, oscura, abstracta...resulta extrañamente poética. Es un viaje a otra macabra dimensión a la que no querríamos entrar jamás (en su seguna mitad), pero que resulta fascinante por su imaginería visual y sonora (magnífica banda sonora).

Aún así, película difícil de recomendar. No es para todos los públicos. La casquería y su ácido humor (que lo tiene, pero no es representativo en cuanto a las sensaciones al terminar de ver la película) hará las delicias de los amantes del cine de género, pero a mí lo que me ha llamado más la atención, y para bien, es esa extraña atmósfera de irrealidad, decididamente abstracta y las buenas interpretaciones, en especial la de Cage y Roache. La película se divide en tres partes diferenciadas. La primera nos presenta a la extraña pareja protagonista y el suspense que se va generando. La segunda muestra la secta, su jerarquía, las motivaciones de su líder y como sus siervos le siguen ciegamente. El chute de LSD empieza a subir con unos momentos e interpretaciones muy inspiradas (tremendas las escenas del fuego purificador y la de Cage en el baño). La tercera va directa al grano en cuanto a la contundencia y bajada a los infiernos (casi literal) del protagonista para consumar su venganza. La extraña pareja se nos descubre como un amor extraño, lírico, misterioso, sincero... La puesta en escena, la recreación artística de los escenarios, la música y las interpretaciones nos muestran una empatía entre ambos muy sugerente, casi onírica (o cósmica como podrían decir ellos). Y esto es fundamental para conseguir que lleguemos con ganas al tercer acto. Y vaya si lo consigue!. Se podría destacar el trasfondo de denuncia de Mandy en cuanto a los peligros del fanatismo religioso o, simplemente, el egocentrismo de una sociedad que quiere y lo necesita todo, pues articula un discurso (encarnado por Jeremiah Sand) que invita a pensar en ello. Curiosamente, la resolución a este hecho se nos presenta de la mano del vengador (Cage), que castiga con furiosa colera a los miembros de la secta como si de un Dios todopoderoso e inmune se tratase.

Desde luego, obviando gustos personales, hay que reconocer el excelso trabajo a todos los niveles tras una obra como Mandy. Cosmatos utiliza los elementos del género pero los adapta de un modo muy personal, dotando a la película de una narrativa tan extraña como única, bella... y también excesiva pero sin llegar a caer en el ridículo. Y esto es lo difícil y su gran mérito. Dicho esto, sólo he visto la VOSE. No sé si opinaría lo mismo de la versión doblada. Las interpretaciones son tan intensas y genuinas que dudo que el doblaje pueda igualarlas sin desvirtuar la pelicula.

Buena peli pero, como dije, difícil de recomendar por lo arriesgado de la propuesta.
Habitación1520
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