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España España · Lleida
Voto de Uma:
7
Thriller. Drama En 1957, en una pequeña población petrolera situada al oeste de Texas, Lou Ford (Casey Affleck), el ayudante del sheriff, un hombre afable y sencillo, empieza a sufrir los ataques de la enfermedad que le hizo cometer un crimen en su juventud. Adaptación de un clásico de la novela negra moderna, "The Killer Inside Me", de Jim Thompson, publicada en 1952, que ya había sido adaptada por Burt Kennedy en 1976. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2011
31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver "9 songs" (horrible), quién me iba a decir que iba a gustarme una película de Winterbottom. De hecho me había prometido (sin mucho énfasis) no ver ninguna otra. Si me encontré frente a "El demonio bajo la piel" fue por una serie de circunstancias con las que no voy a aburrir a nadie.

Es necesario meterse "bajo la piel" de una película para que ésta tenga alguna oportunidad de agradarnos. Algunas películas son muy accesibles, son de amplio espectro. Esta película, en cambio, tiene la piel más dura, y si no se accede a ella, su lenguaje parece swahili. El kid de la cuestión, el resorte mágico, se encuentra en este caso en el enfoque, en el punto de vista que se nos propone. Winterbottom no quiere hacer una película de cine negro actualizado, no quiere hacer una película de acción, ni siquiera de suspense. Su propósito es hacer un retrato de la psicología de un asesino. Vista la película desde ese prisma resulta un trabajo realmente interesante.

El esfuerzo en este sentido salta a la vista cuando se observa, poco a poco, la imprecisión con la que se nos cuentan los acontecimientos que rodean al protagonista. Con ello queda patente que lo importante no es el argumento propiamente dicho, da igual el cómo, el cuándo y el dónde. Lo fundamental está dentro de la esfera en la que habita este personaje cuyas motivaciones no son tangibles, sino que surgen más bien de su desequilibrio.

Toda la película está concebida a partir de ese enfoque. Cualquier otra interpretación la convierte en un galimatías. Las elipsis, a veces inexplicables, las incoherencias en el hilo de la investigación, solo tienen sentido si asumimos que la única información que tenemos es aquella que procesa nuestro protagonista o aquella que considera relevante y que le motiva para actuar, así que es una información elíptica, entrecortada e imprecisa. Partiendo de ahí, y recordando que la mente en la que se nos convida a meternos es la de un loco, la coherencia interna de la película es impecable.

Hay momentos de gran brillantez en esta película. De verdadera altura cinematográfica. En primer lugar, Winterbottom es capaz de hacernos creer que, aun en su afán asesino, el personaje opera con coherencia, y consigue de un modo inquietante que se produzca un cierto grado de empatía entre el espectador y este demonio. Observamos que es un criminal, pero no nos damos cuenta de que en realidad estamos en la mente de un verdadero desequilibrado, de alguien que hace su propia interpretación de la realidad. En este sentido la organización de la película es extremadamente precisa y hábil. Cuando nos vamos dando cuenta, ya es tarde, ya llevamos adherido al personaje a la piel. Es una sensación inquietante de la cuál el que suscribe no consiguió desprenderse hasta unas cuantas horas después de salir del cine.

(Sigo sin desvelar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Uma
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