La ópera prima de Celso García es una película sencilla que cuenta mucho con pocas palabras, y que fue una de las grandes derrotadas de los premios Ariel, los Goya mexicanos, y los Platino de 2016, ya que se fue de vacío de las dos ceremonias de entregas de premios, pese a contar con 14 candidaturas en los primeros y 4 en los segundos. La película tuvo su presentación en el festival de cine de Gijón de 2015, en donde obtuvo dos premios importantes ( el especial del jurado y el de mejor guión )y llega a los cines españoles con casi 3 años de retraso, pese a ser una de las películas más interesantes de una filmografía no tan reconocida internacionalmente como la argentina o la chilena, pero que ofrece cintas de similar calidad, y en el caso de esta película tienen un desarrollo superior al de la película " El invierno ", una cinta Argentina que se llevó varios premios en el festival de cine de San Sebastián de 2016, y cuyo punto de partida es similar al de esta notable película mexicana. Lo mismo sucede hasta la fecha con otra notable cinta de esa misma nacionalidad que se pudo ver en el mismo marco, en el de la localidad costera asturiana, un año después ( en 2016 ), y que de momento está inédita en nuestro país, pese a que es una cinta muy recomendable.

La película tiene como punto de partida el despido de Toño, el protagonista, después de muchos años trabajando como guarda en un desguace. Posteriormente y después de varias ofertas de trabajo termina aceptando el puesto en una empresa dedicada a pintar las lineas de las carreteras, y allí tiene que convivir con unos compañeros más jóvenes, inexpertos y reivindicativos, que tienen unas costumbres y una concepción de la vida y el trabajo diferentes a las de Toño.
Lo que al principio eran rencillas y enfrentamientos se irá transformando en amistad y convivencia pacífica durante esas largas jornadas laborales y sus ratos libres. Esa camaradería típica de los western clásicos y gran parte de la filmografía del maestro Howard Hawks es uno de los puntos fuertes de esta película, que podía haber sido una historia plana y aburrida, pero que el guión está muy bien escrito logrando mantener el interés del espectador sin necesidad de grandes giros ni diálogos grandilocuentes.

Uno de los puntos positivos de la película es su reparto, ya que todos los intérpretes cumplen en sus apariciones, y tienen alguna escena importante en donde lo hacen bastante bien. Destaca por encima del resto el protagonista, Damián Alcázar, el mejor actor mexicano del cine actual, con permiso de Gael García Bernal, y que tiene una trayectoria avalada por 8 Ariel ( los Goya mexicanos ). El veterano actor está creíble cuando tiene que ser directo en el trato con sus compañeros de trabajo, pero también en las situaciones más emotivas. Completan el reparto Joaquín Cosío como Gabriel, Silverio Palacios en el de Aytade, Gustavo Sánchez Parra como Mario, Fernando Becerril en el de el ingeniero y Américo Hollander como Pablo. Una notable película que tiene una dirección de fotografía destacada gracias al trabajo de Emiliano Villanueva y que tiene muy pocos giros, los necesarios para mantener el interés del espectador, y que recomiendo al público medio aficionado a historias sencillas y que conmoverán a los espectadores más sensibles a las situaciones dramáticas.

LO MEJOR: La sencillez del relato.
LO PEOR: Tarda en arrancar.

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