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España España · MADRID
Voto de WILLY74:
7
Drama Explora la relación que mantuvieron el Papa Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, dos de los líderes más poderosos de la Iglesia Católica, que abordan sus propios pasados ​​y las demandas del mundo moderno para que la institución avance.
12 de diciembre de 2019
46 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera del director brasileño Fernando Meirelles es bastante irregular, en donde alterna grandes trabajos, en especial "Ciudad de Dios (2003)", por la que logró la nominación al Óscar en la categoría de dirección, y otros trabajos menores, en donde al menos siempre demuestra su talento.
En esta ocasión aborda un proyecto producido por Netflix, y que intenta contarnos de la manera más fidedigna posible la reunión entre Benedicto XVI, el que en ese momento era el Papa, y un aspirante argentino llamado Bergoglio, que es el actual Sumo Pontífice, y por otro lado a partir del primer tercio ir introduciendo el pasado de este último en una especie de retrato biográfico desde que era adolescente hasta la actualidad.

La película mantiene el interés hasta el final, pese a sus más de dos horas de metraje, y lo hace principalmente gracias al trabajo interpretativo de Jonathan Pryce, en el papel del que en ese momento era el Cardenal argentino y posteriormente fue elegido Papa, y Antonhy Hopkins como Ratzinger.
La propuesta se inicia con una llamada de una persona anónima que quiere mandar una carta al Vaticano, para posteriormente volver hacia atrás para mostrarnos el momento en el que fallece Juan Pablo II y el posterior proceso de elección del nuevo Pontífice, lo que se hace de manera minuciosa, mezclando imágenes de archivo de tono documental de las reacciones de los asistentes a la Plaza de San Pedro para esperar el momento en el que una fumata blanca precederá al anuncio del nuevo Papa y de declaraciones de periodistas presentes en ese escenario, con una recreación cinematográfica de esos acontecimientos históricos con la votación incluida por parte de los cardenales.


Entonces hay un salto temporal de 7 años para llevarnos a 2012, y centrar la historia en ese encuentro programado entre el Papa Benedicto XVI y el Cardenal Bergoglio, con unas conversaciones muy interesantes mientras pasean o se sientan par descansar, y salen a relucir temas como la renuncia planteada por el segunda y las preocupaciones del primero por los escándalos internos dentro de la Iglesia Católica. Esa parte de la película es magnífica, y cuenta muchas cosas en poco tiempo gracias a buen guion escrito por Anthony McCarten, y a las interpretaciones de los dos protagonistas. Se introducen unos flashbacks que nos van contando a modo de pinceladas los momentos claves de la vida del actual Papa, y que nos permiten entender su posicionamiento en 2012 y lo sus métodos de actuación una vez que ha llegado a ser el jefe de la Iglesia Católica.
Pienso que se podían haber reducido esa parte del pasado del Papa argentino, ya que nos hace abandonar esa parte tan interesante con las conversaciones en 2012 entre los dos protagonistas, y la otra opción hubiera sido hacer una miniserie de 3 o 4 capítulos en donde se podía abordar igual o mejor la vida de Bergoglio, y al mismo tiempo no abandonar esas escenas tan interesantes con Pryce y Hopkins. El otro aspecto negativo es que no deja bien a Benedicto XVI y por contra retrata a un Francisco mucho más cercano a la gente y con preocupaciones sociales, y no estoy muy de acuerdo con es posicionamiento de la película, aunque en la escena final que se desarrolla durante los títulos de crédito se humaniza a los dos durante un visionado conjunto de la final del mundial de 2014.

La película está bastante bien dirigida, ya que que sabe colocar la cámara en el lugar adecuado para dejar a los intérpretes la libertad para expresarse, y varias secuencias del pasado que están rodadas a mayor ritmo y que demuestran el talento del cineasta brasileño para rodar escenas de acción, teniendo en cuenta que dirigió "Ciudad de Dios". Además hay una buena recreación de los escenarios y el diseño de los vestuario es destacable. Recomiendo ver la película en versión original, lo que es posible dentro de unas semanas ya que a partir del día 20 formará parte del catálogo de Netflix, ya que se emplean diferentes lenguas o idiomas como el latín, español, inglés, italiano, portugués, francés y alemán, y para apreciar mejor las interpretaciones de Jonathan Pryce y Anthony Hokpins, y tampoco lo hace mal Juan Minujín como Bergoglio cuando era más joven.

LO MEJOR: Las actuaciones de Jonathan Pryce y Anthony Hopkins.
LO PEOR: Los flashbacks son necesarios, pero demasiado alargados.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
WILLY74
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