El principio de la película plantea un matrimonio en vías de separación. Ella quiere volver a España, su pais, con los niños. El padre de momento no ha firmado los papales del divorcio porque no se quiere separar de sus hijos. El motivo de que Delia quiera separarse de su marido son las infidelidades durante el último año.
La cuestión planteada es a priori muy sencilla, mientras que Sebastián baja en ascensor desde el séptimo piso los niños bajan por la escalera. Si el portero no está implicado y dice la verdad ( lo que queda claro posteriormente ) los niños están en el edificio, a no ser que hayan bajado con alguien al garaje por el ascensor. Darín comienza a buscar vecino a vecino, algunos no responden, pero sospecha de todo el mundo. En todo este recorrido el guión plantea la posibilidad de que sea por motivos laborales, para evitar que el padre llegue a un juicio, y este sea aplazado. Esta opción adicional aumenta la intriga, Darín está muy bien teniendo que lidiar con la búsqueda de los niños y sus ausencia al trabajo ( son continuas las llamadas para saber porqué no está en el juicio ).
Durante todo este tiempo el portero llega a abrir la casa de un vecino, pero los niños no aparecen.
El problema es la resolución final que invalida todo lo anterior. Resulta que cuando bajaron los niños por las escaleras a la vecina del cuarto piso se le cayó la compra, los menores la ayudaron y entraron en su casa. Allí se quedaron jugando a la vídeo consola y distraídos sin pensar en lo que pasaba ( vaya par de niños más tontos ). Darín recibe la llamada de una señora, que deducimos que es la vecina, solicitando un rescate. consigue el dinero y lo entrega, entonces recibe la llamada de su mujer diciendo que los niños han aparecido y están con la vecina. Los niños cuentan su versión de que ayudaron a la señora. Sebastián decide firmar los papales del divorcio, y Delia se dispone a abandonar Argentina cogiendo un avión hacia España. Todo esta historia tiene muchas lagunas, pero se veía venir el final.
Darín se encuentra abierta la puerta de la vecina del cuarto, entra y se encuentra en el suelo las mismas pastillas que él tenía, y con ello deduce que su mujer está implicada. Va corriendo al aeropuerto, donde por supuesto localiza a su familia. En una conversación entre Sebastián y Delia con los niños presentes, ella cede y viaja a España sin los niños, que se quedan con el padre. Otra vez nos encontramos con unos niños muy tontos, no se enteran de nada, asumen que su madre se vaya sola.
Una pena que la atmósfera de intriga psicológica que engancha, sea resuelta de esa forma tan mala.