Moscú, Octubre de 2012. El matrimonio formado por Boris y Zhenia está roto, la pareja se encuentra efectuando los trámites del divorcio, tienen puesta a la venta la que fue su vivienda en común y ambos han rehecho sus vidas sentimentales, incluso Boris ha dejado embarazada a Masha, su actual pareja. Sin embargo un serio inconveniente para el futuro de ambos les continúa enfrentando: No saben qué hacer con su único hijo, Alyosha, de 12 años, pues ninguno de los dos quiere hacerse cargo de él. El pequeño no fue un niño deseado por su madre, quien carga contra Aliosha, aparte de su animadversión exclusiva hacia él, todo el odio que siente hacia Boris por haberla hecho infeliz durante todo su matrimonio. Boris, por su parte, que va a ser de nuevo padre, ve a su hijo como una carga inasumible para la nueva vida que quiere iniciar. Alyosha, dado todo lo que tiene en casa, se siente, no feliz, pero sí mucho más a gusto y tranquilo fuera de ella (casi siempre en solitario, sólo cuenta con un amigo, en el bosque próximo a donde vive, llamado Cuenco de Shodnenskaya). Un día, tras haber sido testigo oculto de lo que representa para sus padres, el niño desaparece sin dejar rastro.

Andrey Zvyagintsev dirige 'Sin Amor', cuyo título original es 'No me gusta', y firma el guion junto a Oleg Negin (coguionista habitual de Zvyagintsev, o guionista único en algunos trabajo de éste, como en 'Elena' y en el cortometraje 'Misterio'). El director nacido en Novosibirsk aborda esta última historia suya con una cadencia parsimoniosa, encerrándola (tras un pequeño prefacio de imágenes bellísimas de la naturaleza cercana al hogar de los protagonistas, también de Alyosha en ella; y un epílogo en que vuelve a esa misma naturaleza), en un argumento de paredes invisibles, pero herméticas, que impiden que nada de lo que ocurre pueda salir hacia el olvido en ningún momento, dentro de cuyo espacio la narración se hará cada vez más dura de soportar debido a la crudeza, dolor y crueldad que entraña.

Como los grandes narradores literarios de su país, novelistas o dramaturgos, Zvyagintsev no cuenta nada, tiene más que suficiente con mostrar desnuda la realidad que nos presenta. De esa manera asistiremos a la hiriente negatividad de esos personajes familiares adultos y a la consiguiente tragedia de esta familia, en primer lugar la del hijo, y al final la de sus padres, quienes no quedarán, en su conciencia, impunes por su actuación con su vástago. Pero esta obra trasciende aquello que principalmente nos expone, de esa manera podemos advertir que la crítica que lleva implícita 'Sin amor' no se circunscribe sólo a los protagonistas culpables, sino que ataca por elevación a toda la Rusia de ese tiempo que relata: La inoperancia de la policía, la corrupción de la clase política y el peligroso nacionalismo de su Gobierno (de lo que se nos da debida cuenta en las pocas, pero ilustrativas, imágenes de las noticias de televisión que aparecen, así como en los audios de la radio que escuchamos como acompañamiento de la acción cuando esta se centra en el interior del vehículo de Boris), el crimen generalizado y la pasividad de la sociedad civil, en su mayoría, ante la falta de estímulos positivos emanados por el Poder, si bien ésta es capaz de organizarse mejor que la policía, al menos, en el caso de la búsqueda de niños desaparecidos.

Desolación sin esperanza. Culpa y castigo