The straight Story es una joya, una maravilla.
Cuando uno se decide a ver una película de David Lynch normalmente no sabe a que atenerse, pues bien, no se trata de un Mullholland Drive, un Terciopelo Azul, ni nada parecido a Twin Peaks, si esperaban ver una película semejante a las anteriores no se engañen, no solo el contenido, sino la forma de Straigh Story es muy diferente. Esto no quiere decir que los que disfrutaran con las anteriormente nombradas u otras de Lynch no puedan hacerlo con esta, en absoluto, se trata tan solo de un "aviso a navegantes".
Richard Farnsworth realiza uno de los mejores papeles que he visto en mi vida, su interpretación soporta a modo de Atlas esta genial película y nos lleva al convencimiento de la realidad con mayúsculas de esta historia; los secundarios también se encuentran a grán nivel sobre todo Sissy Spacek.
Pero, no he votado esta película con la máxima puntuación posible "solo" por sus maravillosas actuaciones o los planos de Lynch, por sus paisajes y sus conversaciones y silencios preciosos, no; he votado esta película con un diez porque nos habla de todo aquello que nos hizo buenos alguna vez, del perdón, de la familia, del amor y el disfrute de la vida; de que cuando te queda poco tiempo es cuando más puedes permitirte perder simplemente viviendo y disfrutando de ello, y esto, que parece tan difícil de enseñar con todos sus matices es lo que nos ofrece The Straight Story. 111 minutos de discurso vital, de lágrimas y sonrisas, simple y llanamente, de vida.
Disfruten.