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Voto de John Dunbar:
6
Comedia Durante sus vacaciones, Ned (Bryan Cranston), un padre sobreprotector y su familia visitan a su hija en la Universidad, donde conocerán a su mayor pesadilla: su novio, Laird (James Franco), un multimillonario de Silicon Valley bien intencionado pero socialmente bastante complicado. El conservador Ned, piensa que Laird es la pareja menos apropiada para su hija. La rivalidad unilateral y el nivel de pánico de Ned se disparan cuando ... [+]
19 de abril de 2022
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¿Tenía que ser él? pero, y ¿si fuera ella?, en lugar de él, que diría Alejandro Sanz. La niña de los ojos de papá se enamora del chico equivocado, fórmula muy frecuentada siempre relativamente funcional en brazos de la comedia o el drama.
Esta ocasión que opta por el almíbar con una sonrisa, no podía haber hecho una elección más divergente entre suegro y yerno, disparidad que catapulta el camino hacia los múltiples desencuentros, algunos encontrados con cierta lógica dada la situación, otros demasiado rebuscados perdidos entre excentricidades ridículas que solo caben en la mente de un tipo como Laird Mayhew (James Franco), un multimillonario estrafalario hecho de nuevas tecnologías, con aires despreocupados y filosofía 'namasté'; indescifrable cúmulo, para ser preciso, de conductas y filosofías de vida que guarda muy poco sentido con cualquier cosa establecida. Su oponente Ned Fleming, el padre de la novia, es un Bryan Cranston optimizado en el papel de padre trasnochado, fiel seguidor del libro de instrucciones de la vida que tanto estima un argumento seguido al dedillo; un olvidado de lo que fue y ya no es que se permite enseñar, turno que ha dejado pasar en nombre de la responsabilidad. En medio de todo, la dulce y encantadora Stephanie (Zoey Deutch) lidiando entre sus dos amores, el que le ha tocado y el que ha encontrado.

Se las arregla para descubrir puntos en común entre pasado y presente que no distorsionen con abuso su convulsa realidad, de la que consigue ganarse respetos y admiraciones mutuas, con bastante gracia y poco rumbo con cabeza. Aplicándose una especie de cuento modernizado vinculado al nombre del grupo de rock Kiss de 'vivieron felices y comieron perdices', costumbrismos e insensatez se encuentran con más voluntad forzosa que razón, por más que, es cierto, nos conduzca a la chanza repetida con su inverosímil discrepancia.
John Dunbar
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