Suele ser divertido a la par que entrañable rememorar los viejos recuerdos del instituto o de la facultad a través de lo que se viene a llamar comedias juveniles; al fin y al cabo todos, de un modo u otro, hemos pasado por ello. Desempolvar de la memoria la inocencia y la picardía propia de esos años por medio de estas películas, debe ser motivo suficiente para querer echar unas risas y por qué no decirlo soltar una lagrimilla aunque sea virtual. Lástima que este "excitante curso" lo sea más para sus protagonistas que para el espectador, por su simbología que por lo que realmente consigue, aun apareciendo una inolvidable y sobradamente excitante Phoebe Cates.
No alcanza, a pesar de su relativa fama, ni la gracia que pretende ni la relevancia adquirida por otras de su misma especie pero sí merece al menos un pase. Y además vemos cómo fueron los inicios de algunos rostros muy conocidos a posteriori.