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Voto de fenicio:
5
2018
Marti Noxon (Creadora), Jean-Marc Vallée
7.4
14,060
Serie de TV. Thriller. Drama
Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Tras pasar un breve tiempo en un hospital psiquiátrico, la periodista Camille Preaker regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes. Durante años, Camille apenas ha hablado con Adora Crellin, su neurótica e hipocondríaca madre, que vive con su marido y con su hija Amma, hermanastra de Camille, una joven a la que apenas conoce. Instalada en su antiguo ... [+]
28 de agosto de 2018
34 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinopsis: Una periodista, atormentada y alcohólica, regresa a su pueblo natal para cubrir el asesinato de una joven y la desaparición de otra. Una vez instalada en la mansión de su familia, los viejos fantasmas que motivaron su marcha no tardan en volver a aparecer.
En esta intriga-drama rural se dan cita todos los elementos clásicos: hostilidad hacia los forasteros, turbulento pasado que atormentan a víctimas y verdugos, reproches de los lugareños a los que retornan por haber abandonado el lugar donde nacieron… Así se describe la típica comunidad rural cerrada, impermeable a los cambios, anclada al pasado, tradicional y decadente.
Hasta aquí nada nuevo. La novedad reside en el personal sello de HBO: la factura es impecable, la actuación es muy sobria (y se agradece) y todo el metraje esta sazonado con música folk, rock clásico y algo de electrónica para ambientar las secuencias oníricas, que no son pocas. Eso sí, el ritmo es algo lento, pero de alguna manera se justifica ya que, no lo olvidemos, en estos lugares la principal sensación que impera es la del hastío. Por todo ello la serie se deja ver, si bien es necesario, para que algunos pasajes no provoquen cierto aburrimiento, que el espectador ponga algo de su parte y se empape de la malsana atmósfera.
Otro de los puntos fuertes de la trama es la importancia de la relación paterno-filial. Queramos o no, el trato que dispensan los padres hacia sus hijos influye de manera decisiva en la vida de estos últimos, por lo que se corre el riesgo de perpetuar los errores generación tras generación. En este sentido, el título de esta reseña, “De pequeños te los comerías y, cuando son grandes, te arrepientes de no habértelos comido”, es un viejo refrán popular que alude al final de la serie que, por otra parte, es donde reside el principal problema, como detallaré en el apartado Spoiler. Lástima.
En esta intriga-drama rural se dan cita todos los elementos clásicos: hostilidad hacia los forasteros, turbulento pasado que atormentan a víctimas y verdugos, reproches de los lugareños a los que retornan por haber abandonado el lugar donde nacieron… Así se describe la típica comunidad rural cerrada, impermeable a los cambios, anclada al pasado, tradicional y decadente.
Hasta aquí nada nuevo. La novedad reside en el personal sello de HBO: la factura es impecable, la actuación es muy sobria (y se agradece) y todo el metraje esta sazonado con música folk, rock clásico y algo de electrónica para ambientar las secuencias oníricas, que no son pocas. Eso sí, el ritmo es algo lento, pero de alguna manera se justifica ya que, no lo olvidemos, en estos lugares la principal sensación que impera es la del hastío. Por todo ello la serie se deja ver, si bien es necesario, para que algunos pasajes no provoquen cierto aburrimiento, que el espectador ponga algo de su parte y se empape de la malsana atmósfera.
Otro de los puntos fuertes de la trama es la importancia de la relación paterno-filial. Queramos o no, el trato que dispensan los padres hacia sus hijos influye de manera decisiva en la vida de estos últimos, por lo que se corre el riesgo de perpetuar los errores generación tras generación. En este sentido, el título de esta reseña, “De pequeños te los comerías y, cuando son grandes, te arrepientes de no habértelos comido”, es un viejo refrán popular que alude al final de la serie que, por otra parte, es donde reside el principal problema, como detallaré en el apartado Spoiler. Lástima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En los dos últimos episodios se desvela el misterio, lo que no sería un problema si no fuera por cómo se retuerce la historia para poder dotarla de un mayor dramatismo.
Me explico. La protagonista, que es una periodista, lo tenía muy fácil para acabar de una vez con las maquinaciones de su madre. De todas las alternativas posibles, tal vez la más fácil sería la de apropiarse de alguna prueba que certificara sus sospechas, como por ejemplo obtener una muestra de las drogas con las que envenenaba a su hermana, denunciarlo a su amante, el detective que lleva la investigación (nada más y nada menos), y el caso se cerraría sin más y ella obtendría su anhelado artículo, tal vez la que encumbrara su carrera.
En cambio, la protagonista prefiere realizar un acto de sacrificio absolutamente injustificado y someterse a “los cuidados” de su madre, asumiendo un riesgo que por poco le cuesta la vida. En este escenario, y si se quiere llegar al “happy end”, como así fue, no hay más remedio que recurrir al rescate “in extremis”. Esto último representa una absoluta derrota.
Es una pena, porque si se quiere someter a la protagonista, como le ocurría a Ingrid Bergman en Encadenados (Notorious, 1946) de Alfred Hitchcock, se tendría que haber trabajado el final un poco más para que las piezas encajasen mejor.
Me explico. La protagonista, que es una periodista, lo tenía muy fácil para acabar de una vez con las maquinaciones de su madre. De todas las alternativas posibles, tal vez la más fácil sería la de apropiarse de alguna prueba que certificara sus sospechas, como por ejemplo obtener una muestra de las drogas con las que envenenaba a su hermana, denunciarlo a su amante, el detective que lleva la investigación (nada más y nada menos), y el caso se cerraría sin más y ella obtendría su anhelado artículo, tal vez la que encumbrara su carrera.
En cambio, la protagonista prefiere realizar un acto de sacrificio absolutamente injustificado y someterse a “los cuidados” de su madre, asumiendo un riesgo que por poco le cuesta la vida. En este escenario, y si se quiere llegar al “happy end”, como así fue, no hay más remedio que recurrir al rescate “in extremis”. Esto último representa una absoluta derrota.
Es una pena, porque si se quiere someter a la protagonista, como le ocurría a Ingrid Bergman en Encadenados (Notorious, 1946) de Alfred Hitchcock, se tendría que haber trabajado el final un poco más para que las piezas encajasen mejor.