Tras diez (largos) años abducido por la franquicia “[Rec]”, de la que es creador junto con Jaume Balageró, Paco Plaza aparca los zombies, ya se que técnicamente no lo eran, pero tampoco quiero hacer spoiler a espectadores despistados, para brincar hacia lo sobrenatural con “Verónica”. Cinta mediante la que el realizador valenciano, demostrando ser un grande, transforma un tren de la bruja con parada en todos los clásicos del género en un excelente y carismático film de terror de los que ya no se hacen en España, literal y figuradamente.
Siendo honesto, quizás terriblemente honesto, diré que “Verónica” es una cinta que ensalza al Paco Plaza director bastante más que al Paco Plaza guionista. Y es que, seamos francos, a nivel argumental la película no ofrece nada nuevo o fresco. Plaza se limita a colocar robustos personajes de sólido trazo en una historia que es un medley de clásicos del terror: tableros de ouija, invocaciones indeseadas, posesiones, poltergeists,... En fin, un tren de la bruja en el que los amantes del género nos hemos montado ya un millón de veces. Pero uno muy efectivo. Lo que me lleva a una conclusión, “Verónica” es más fruto de la (relativa) inactividad que de la verdadera necesidad de ofrecer algo fresco.
Ahora bien, el verdadero poder de “Verónica” reside en su grandísima calidad, tanto técnica como visual. Paco Plaza es un monstruo, tiene una poderosa personalidad y dotes para el género, y lo demuestra en cada plano. A ese encanto añadido de los años noventa, Plaza le añade una atmósfera muy efectiva, convirtiendo el film en un in crescendo de horror tremendamente práctico y sanamente perturbador. “Verónica” no cae en el susto fácil anunciado minutos antes por un efecto de sonido, no por algo el director se conoce el género como si lo hubiera parido. Paco Plaza es un maestro detrás de las cámaras, y lo demuestra en la fuerza que desprende cada plano y cada situación, compensando lo trillado de la historia.
Otro aspecto que destaca de “Verónica” es la magnífica dirección de actores. La naturalidad que desprenden las interpretaciones, y en especial la de los niños, es brillante; siendo Antoñito el mejor robaescenas del 2017. Y todo ello con el riesgo añadido de apoyarse en un casting de desconocidos.
En definitiva, “Verónica” será poco original, pero es muy efectiva y de calidad indiscutible. Siempre habrá quien diga que "Verónica" es la versión cañí del cine de James Wan. Y ante eso solamente puedo decir lo siguiente: ¡James Wan nunca tendrá los huevos de poner a los Héroes del Silencio como banda sonora! Y mucho menos ya venirse a Vallecas.