"Bienvenido a la jungla" es una comedia dudosamente efectiva como tal y seguramente sin pies ni cabeza, pero que vive como cerdo en cochiquera en su universo de absurdez y sinsentido, logrando transmitir esa calided al espectador.
En "Bienvenido a la jungla" Rob Meltzer nos mete de cabeza en el peculiar fin de semana de convivencia que ha organizado una empresa para sus empleados en una isla desierta, aunque más que una convivencia parece una supervivencia en toda regla. La sinopsis ya desde el primer momento ves que vive para entregarse a la causa de la locura, y a ello que va sin ningún tipo de control, casi como ese niño que corre desquiciado para tirarse en bomba a la piscina. "Bienvenido a la jungla" carece de gags cómicos relevantes o efectivos, su guion no brilla lo más mínimo y actoralmente no tiene ningún genio de la comedia al que aferrarse en caso de que todo lo demás falle, que falla. En definitiva, no tiene nada. Pero es muy curioso como, no teniendo nada, consigue que veas sus noventa minutos de forma agradable. No se, es una sensación extraña que nunca había tenido y a la que no sé que nombre darle.
Antes he dicho que actoralmente no hay ninguna eminencia en los asuntos de hacer reír, y no mentía, aunque al final surge un tipo que cumple un poco dicha función, y no es otro que Jean-Claude Van Damme. El otrora héroe de acción pasea palmito por "Bienvenido a la jungla" bajo un único pretexto, reírse de si mismo y de su antiguo estatus, y lo hace decentemente convirtiéndose, a la postre, en un elemento llamativo y destacable del film. Ver al actor belga atacado por un tigre no tiene precio, y más si eres fiel de él. Como asidero no es gran cosa, pero menos da un piedra.
En el fondo "Bienvenido a la jungla" es una oda a la rebelión personal dentro de una sociedad que nos apresa y oprime. No me parece mal mensaje y se valora la buena intención de la película en ese aspecto.
En fin, "Bienvenido a la jungla" como comedia funciona poco, y ese poco es más por cantidad que por calidad. Posee un puntito de mala leche que no esperaba, aunque en su locura generalizada le habría sentado genial el cuádruple de esa mala leche.