Situación ideal: Sábado tarde, después de comer, toda la familia reunida en torno a la televisión, y la programación, como todos los sábados, infumable.

No es día ni hora para peliculones de difícil digestión, por lo que Objetivo: La casa Blanca es vuestra mejor opción.

Por momentos se asemeja a un telefilme, pero la sucesión de explosiones y de efectos especiales nos dicen que no es un telefilme.

El sopor de la siesta hacen que se pasen por alto las deficiencias e incongruencias del argumento, y solo queda disfrutar con el espectáculo del héroe contra todos, rodeado de explosiones, helicópteros, y ametralladoras, y pese a ser un refrito de una historia mil veces vista, en un escenario no menos veces retratado, la verdad es que cumple con creces su cometido, que no puede ser otro que divertir y entretener.

Es la típica película de la época dorada de Bruce Willis, no seria difícil haber situado a McClane en la casa blanca de visita, justo en el momento en que esta era atacada por terroristas coreanos, pero en este caso es un miembro del servicio secreto el que se hace cargo de salvar el planeta.

En definitiva, acción a raudales que será mas que suficiente en el contexto temporal y espacial anteriormente descrito, no respondo de ella si se exhibe en una filmoteca universitaria.