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Voto de JasenV19:
9
7.1
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Drama
Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los cienastas sudaméricanos más a seguir en el panorama internacional, Pablo Larraín busca tras la más optimista No (Nominada al Oscar) una atrevida y áspera crítica a la religión y a los abusos sexuales que la han manchado en estos últimos años.
Con una fría y perturbadora puesta en escena cercana al cine de Haneke, con el que comparte la virtud del “shock” y la necesaria mala leche, Larraín crea una crítica necesaria y atrevida a la injustícia de los abusos sexuales por parte de los sacerdotes de la religión católica además de formalizar una ambigua y oscura fábula moral.
Un entregado reparto que personifíca la inseguridad, debilidad y culpa de los personajes que Larraín crea y la borrosa atmósfera creada completan el trabajo más serio y maduro del director chileno y el filme más atrevido sobre las vergüenzas de la religión católica y sus representantes.
Un filme duro, sarcástico, ambiguo y lleno de necesaria crítica; una obra llena de arrojo y contundencia que se atreve a arriesgar y a ser difícil de soportar. Larraín firma una auténtica obra maestra moralmente necesaria.
El Crítico Inquilino
Con una fría y perturbadora puesta en escena cercana al cine de Haneke, con el que comparte la virtud del “shock” y la necesaria mala leche, Larraín crea una crítica necesaria y atrevida a la injustícia de los abusos sexuales por parte de los sacerdotes de la religión católica además de formalizar una ambigua y oscura fábula moral.
Un entregado reparto que personifíca la inseguridad, debilidad y culpa de los personajes que Larraín crea y la borrosa atmósfera creada completan el trabajo más serio y maduro del director chileno y el filme más atrevido sobre las vergüenzas de la religión católica y sus representantes.
Un filme duro, sarcástico, ambiguo y lleno de necesaria crítica; una obra llena de arrojo y contundencia que se atreve a arriesgar y a ser difícil de soportar. Larraín firma una auténtica obra maestra moralmente necesaria.
El Crítico Inquilino