Tenía 15 años cuando vi por primera vez “Esplendor en la hierba”, una película que me impactó. Tal vez fue por la escena en la que Deanie lee el poema de Wordsworth en voz alta delante de todos sus compañeros de clase o por el arrebato de locura de Deanie en la bañera rebelándose contra su madre… Lo que sí sé es que me hizo reflexionar en como nos influye lo que pueda llegar a pensar la gente de nuestros actos, sobretodo nuestros familiares más cercanos.
Ambientada en la época de la Gran Depresión, “Esplendor en la hierba” narra el amor juvenil entre Bud (Warren Beatty) y Deanie (Natalie Wood). En un momento de gran represión, la pareja no puede dar rienda suelta a su pasión por miedo a lo que pensará la gente de este acto y por los convencionalismos de la época. Los hombres estaban obligados a tener éxito en la vida y las mujeres no debían perder la virginidad antes del matrimonio para no ser tratadas como Ginny (Barbara Loden), la hermana de Bud, que es considerada muy "moderna" debido a sus múltiples aventuras con los hombres.
La consecuencia de no poder afrontar su relación y la vida tal y como los protagonistas querrían les comporta frustraciones (en el caso de Bud) y una crisis existencial (en el caso de Deanie). En definitiva, el amor puede conducir a la locura, sobretodo en una época tan plagada de convencionalismos y de normas de comportamiento.
La interpretación de Natalie Wood es sobresaliente y consigue expresar todo lo que siente por Bud y como estar sin él le causa una profunda angustia. Warren Beatty nos ofrece una más que aceptable interpretación, en una de sus primeras intervenciones cinematográficas, en el papel de un joven que vive frustrado porque su padre tiene depositada mucha confianza en él y en sus futuros estudios, que él no quiere realizar.
¿Y qué decir de la magnífica BSO de David Amram? La música complementa y acompaña perfectamente a la historia y a sus personajes durante toda la película.

En definitiva, "Esplendor en la hierba" es una gran película de Elia Kazan (con un final agridulce que cierra el film de manera excelente) y los versos de Wordsworth recitados en ella han quedado en mi mente:

"Aunque ya nada pueda devolver
la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse
pues la belleza siempre subsiste en el recuerdo".