Aunque está llena de situaciones metidas con calzador en la trama o que directamente no tienen sentido y aunque la interpretación de Gibson resulta cargante en ocasiones, la química de la pareja protagonista es estupenda. Tanto que dio lugar a 3 secuelas y, más recientemente, una serie de TV. Lástima no se quedase en una sola entrega. El resto (y sobre todo en las que Joe Pesci aparece) son poco menos que insoportables.