En fin... no es que esté en desacuerdo con que esta película se sitúe habitualmente entre las mejores comedias de la historia del cine, sino que a mi, el humor de los Monty Python, sin parecerme horroroso ni mucho menos, y reconociendo que me he reído en bastantes gags surrealistas, pero no es el tipo de humor que más me atrape. Aún así, insisto, ha habido escenas donde me he reído.

Me pasa exactamente igual con "La Vida de Bryan" (1980), pese a que el guión y su original propuesta, le dan un plus frente a ésta.

El humor es algo tan personal que aunque estamos en un grupo y alguien hace una broma, por lo general todos reímos (por empatía, por no sentirnos excluidos o por que realmente nos ha hecho gracia), no sucede igual cuando estamos solos en casa: las opiniones sobre las comedias son completamente dispares, y este largometraje es un claro ejemplo: no deja a nadie indiferente.

Por lo menos, el humor británico (por lo general), no suele reírse de condiciones físicas o sexuales, como sí solía suceder (y aun todavía) con el americano o español, sino que basan sus gracias en lo absurdo... en este caso, tratando de desmitificar la ridícula mística de la Edad Media.