El cine polaco, lamentablemente desconocido por muchos por su poca difusión, ha dado grandes películas de grandes directores que saliendo de los cánones cinematográficos hegemónicos (hablo del cine industrial yankie) propone miradas nuevas sobre asuntos nuevos.

En principio hay que tener en cuenta que Krzystof Zanussi, el director de "Éter", ha sido reconocido con multitud de premios internacionales entre los que se destacan los obtenidos en festivales como Venecia, Cannes y Berlín y los certámenes de Montreal y Moscú, lo cual no es poca cosa. Estamos entonces al mirar la película, en presencia de un director de cine de arte, no de cine "espectacular" por lo tanto habrá que converger nuestra mirada hacia el lado de la artística antes que lo espectacular.

Zanussi un maestro del cine polaco, logra contar una historia mucho más que cruel, perversa y a la vez siniestra desde una narrativa acŕítica y quizás tan amoral como la de su protagonista.

La historia es simple: Un siniestro médico de principios del siglo XX, logra escapar de la horca por un indulto real, por lo tanto su suerte mortal es trocada por el destierro hacia un puesto remoto en la frontera entre Ucrania y el imperio austrohúngaro; allí, en ese puesto, lo reciben mejor de lo que éste se merece y se dedica a efectuar peligrosos experimentos con éter para comprobar los límites de la resistencia humana al dolor.

Zanussi no plantea intencionalmente, en ningún momento, mostrar ni un sólo rasgo correcto del médico protagonista, un hombre tan alejado de dios como para descender a los infiernos.

Lo destacable de la dirección de Zanuzzi es la solidez de la dirección de cámara convirtiéndola en un artefacto que facilita la mirada morbósamente voyerista, que se regodea en el comportamiento del antihhéroe protagonista mientras que ella misma se vuelve tan amoral como el perverso médico protagonista.

Así la película es tan apreciable por su formación de imágenes que narran por sí solas tanto la perversión como el desamparo gracias a tonalidades grises y ocres que transmiten frialdad y desazón,

Habrá que atender también a las apariciones del un "hombre enigmático" que vestido con buen traje negro y sombrero de copa aparece cada tanto y en un aparente sin sentido en varias escenas de la película. Desvelar ahora su identidad sería contar más de la cuenta por lo que sólo recomiendo que le presten atención y descubran por sí sólos la identidad de este personaje que se revela hacia el final de la película.

"Éter" NO es un película "fácil", ni "entretenida" pues requiere del espectador una relectura mucho más profunda que el un simple visionado. "Éter" es una obrita de arte puro y como tal hace falta de algún entrenamiento para apreciar su valor.

Recomendación: Esta película NO es recomendable para los que están acostumbrados al cine industrial yankie pues los podría aburrir mucho, tampoco la recomiendo a los fanáticos de Netflix porque ni siquiera la entenderían. En cambio para los amantes del cine de ARTE (así con mayúsculas) "Éter" es una película imprescindible.