Una especie de nuevo terror que, por desgracia, suena mejor en la sinopsis que en la ejecución. Lo cierto es que me hubiera gustado haber visto la película sin saber nada, pero entiendo que había que medio estropear parte de la sorpresa para intentar conseguir un interés comercial. Leigh Whannell consigue, en definitiva, una buena película de que me estropearon.

Quitando eso, si bien es una película recomendable, tiene un puntito de telefilm que no me sacudí en toda la producción. Tampoco quedé muy satisfecho con el final, pero el viaje merece la pena.