Lo que estáis leyendo ahora mismo es una crítica de un madridista pasional y enamorado del fútbol, así como admirador de Cristiano Ronaldo como futbolista. En ese contexto sólo llega al 5, así que imaginad cómo está la cosa.

Un documental que no acaba de ser tal. Parece más una entrevista larga y profunda sin más, y realmente no aporta nada a la figura de Cristiano Ronaldo. Una producción probablemente hecha por encargo de Mendes con el enésimo intento de convertir a Cristiano Ronaldo no sólo en el mejor jugador del planeta sino también en la mejor persona del mundo. Por supuesto fracasa, y lo hace incluso en ambas facetas.

Cristiano probablemente no es el niño inmaduro y chulesco que algunos quieren vender, pero tampoco es esa perfección casi robótica que nos muestra el documental. Me cuesta mucho creerme las imágenes "naturales" que veo, porque aquí la cámara es bastante invasiva lo cual resta credibilidad a las apariciones del astro portugués en entornos familiares. No dudo que la relación con su hijo sea tal cual, más que nada porque pocos podrán decir que el hijo está actuando, pero de alguna manera hay un sentimiento de búsqueda de ternura que se impregna en todo el documental. Es como ese tipo de personas que dicen de sí mismas que son buenas personas, y que muchas de ellas lo son, pero decirlo no acaba de casar con el concepto.

En el documental podemos ver la ambición sin límites de Ronaldo. Ambición confundida con arrogancia muchas veces por nosotros y muy probablemente por él mismo. Llama la atención el trato unipersonal del documental, dejando el juego en equipo aparcado. Contrasta también mucho con las declaraciones políticamente correctas -algo inusual en el jugador- en las que siempre dice "pasar" de todo el tema del Balón de Oro, siendo éste el principal argumento de esta producción así como de la obsesión del luso.

Muy pobre como documental, y más que ayudar a la figura de Ronaldo lo convierte en un ser todavía más ficticio. Es algo así como si hicieras un documental por encargo y no tuvieras mucha idea de fútbol. Se podría haber hecho un millón de veces mejor, cinematográficamente y humanamente.

Eso no quita para que, si sientes pasión por el Real Madrid -sin menospreciar a sus rivales, que quede claro-, tu corazón blanco no palpite en alguna ocasión, aunque sólo sea por mera inercia.