Snowtown es una película dura, sí, aunque no tanto como la crítica la ha querido pintar. Hablo de la mera violencia visual, porque el relato es bastante macabro y más teniendo en cuenta que se basa en hechos reales.

Es una de esas películas que despierta en ti sentimientos de alguna manera oscuros. Sería digno de análisis el intentar entender por qué nos atraen estas películas que lo único que hacen es provocar unas reacciones dentro de nosotros que están asociadas a sentimientos netamente negativos. Nadie se lo pasará bien viendo Snowtown, y sin embargo es una película que merece la pena.

El poco expresivo Lucas Pittaway se transforma en el canal mediante el cual nuestros ojos van presenciando cómo se van sucediendo los hechos. Justin Kurzel se encarga de que nos metamos en el papel de su personaje principal, y muchas veces ni siquiera sepamos si lo que está ocurriendo está mal o bien. Bueno, la razón pronto nos dice que todo es un horror, pero de alguna manera se presentan razones para según qué comportamientos.

Snowtown puede a veces entrar en esa línea de la opresión emocional y el tedio, pero no es ni mucho menos una película aburrida. Diferente sí.