Considerando que la anterior película me gustó no esperaba que ésta fuera a ser tan mediocre. Esto es, a una escala menor claro está, como ser fan de El Gran Marciano. Una cosa es que te gusten los Beatles y otra que aguantes la hora y media de panochadas que Richard Lester tiene preparadas.

Si esto estaba hecho para promocionar al grupo desde luego que a mí no me lo han vendido bien, porque hasta los propios Beatles de los que tan fan soy me cayeron regular. Todo está demasiado forzado, demasiado buscando que veamos a los Beatles como las personas más interesantes y divertidas del planeta. Para hacer un favor a los fans no está mal, pero fríamente es demasiado mala.

Me aburrí mucho y el único consuelo que tuve era el de esperar a la siguiente canción, que eso siempre será eternamente bueno.